Mariano, riendo tan fuerte que casi no podía respirar, entró apresuradamente con su teléfono en la mano.—Alejo, ¡tienes que ver la transmisión en vivo de Ximena, me estoy muriendo de risa! ¡Dice que la estás acosando... a ella!Mariano se detuvo al final de su oración, su sonrisa gradualmente se desvaneció. Esto se debió a que vio la expresión sombría de Alejandro, especialmente esos ojos que parecían convertirse en afiladas cuchillas de luz helada, dispuestas a cortarlo en pedazos en cualquier momento.La mirada de Mariano cayó en la pantalla de la tableta que Alejandro sostenía en la mano. ¡Oh no, parece que está enojado!Alejandro, con el rostro tenso, miró fríamente a Mariano y preguntó entre dientes: —¿Es gracioso?Mariano se volvió serio de inmediato, —¡No es gracioso en absoluto! ¡Ximena ha cruzado la línea! Alejo ha sido tan bueno con ella, ¿cómo puede decir semejante cosa? Aunque sea para mantener la imagen de la empresa y su propia reputación, no debería haber dicho eso.M
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