La llamada fue conectada, y Ximena, conteniendo las lágrimas y temblando, gritó: —¡Hermano! ¡Liliana y Nicolás fueron llevados por Don Ramón!Andrés se quedó sorprendido, —¿Don Ramón??Ximena, llorando, le contó a Andrés lo que había pasado esa mañana.—Hermano, ¿qué debo hacer? Con la habilidad de Don Ramón, será muy fácil para él descubrir el origen de Liliana y Nicolás.—No te preocupes, Xime, encontraré una solución. ¡Espera mis noticias!Tras decir esto, Andrés colgó el teléfono apresuradamente.Ximena, completamente perdida, se sentó en el suelo, envuelta en un miedo interminable.¿Cómo podría luchar contra los poderosos Méndez?Después de vestirse, Andrés estaba a punto de ir a ver a los Méndez, pero antes de salir, Alejandro lo llamó.Frunciendo el ceño, contestó, —¿Qué pasa?Alejandro preguntó con voz grave: —¿Dónde estás?—Si no es algo importante, colgaré.—¡Quiero hablar contigo sobre los niños de Ximena! ¿Dónde estás?Alejandro, conteniendo su temperamento, claramente
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