Capítulo244
La escena cambió a Villa Rivera.

Después de regresar a casa, Andrés cocinó fideos para él y Ximena. Después de preparar a los niños para que se durmieran, Ximena bajó y se sentó junto a Andrés en la mesa.

Andrés preguntó:

—Xime, ¿por qué Alejandro estaba allí por la noche?

Al mencionar esto, Ximena recordó la imagen de Alejandro besándola a la fuerza en el baño. Suspiró, con dolor de cabeza.

—Mariano le dijo a Alejandro, así que él vino y me regaló un reloj que vale un millón.

Andrés se rió entre dientes.

—Alejo es así, no escatima en gastos.

Ximena revolvió su tazón de fideos.

—No bromees, Andrés. En lugar de hablar de mí aquí, deberías pensar en cómo enfrentarlo.

Andrés respondió con despreocupación.

—Oh, ¿y cómo crees que debería enfrentarlo?

Ximena le advirtió.

—Si él descubre que mantuviste contacto conmigo y no se lo dijiste, podría causarte problemas.

Andrés sonrió con suficiencia.

—No es un gran problema.

Ximena suspiró.

—Al menos sé más cauteloso en los próximos días.

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