La respuesta había confundido a la mujer que aún no sabía si era la nuera que necesitaba y lo peor es que, por el enojo, había desactivado los audífonos y lo que estaba escuchando, ahora también lo escuchaba su esposo, quien se había quedado mirando lo que su esposa veía.— Adhara, ¿Qué acabas de decir?— Estoy cansada de malos tratos, padre. Siempre me han tratado como una invitada no deseada, cuando todo lo que tu esposa e hija disfrutan, son cosas que mi madre dejó para mí, su única hija.— Adhara, no seas egoísta con tu propio padre. — dice Blad.— A ti, padre, aunque no hayas sido el padre que quería y necesitaba, no puedo negarte nada. Pero, no es mi obligación tomar la responsabilidad de una chica malcriada que no conoce la vergüenza y una mujer que solo me toma como algo desagradable de la que quieren deshacerse. — dice Adhara firme— Entiendo que esto lo haya dejado tu madre, pero, si no fuera por la administración de nosotros, estarías sin nada. No hubieses podido tener la v
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