Una hora después, Elena, Carlos, Taiki y Ronin junto con guardaespaldas de seguridad, Elena se encontró en el café, nerviosa pero determinada. Iku llegó poco después, y sus ojos se encontraron en medio de la multitud. Elena notó que Iku se había convertido en un hombre más adulto y maduro, pero su sonrisa seguía siendo tan cálida, en ese momento tuvo un flas y su sonrisa le pareció genuina.—Gracias por venir pensé que solo estarías tu—, dijo Iku, tomando asiento frente a ella con sorpresa.—¿Solo quieres hablar conmigo? —Pregunto Elena.—Si, pero antes de que tus hermanos y Ronin nos den tiempo a solas, quiero que sepan que los perdono, actuaron en defensa propia, y veo que son unos excelentes hermanos que salvaron a María, ahora solo quiero hablar contigo nada más, es mejor que tus hermanos se retiren y cuando terminemos de hablar puedes marcharte —responde Iku.—Claro, hermanos ya escucharon ahora largo, dejadme sola y tu Ronin tambien, espérenme en otra mesa lo más lejos de esta d
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