Con un sentido renovado de comprensión, Elena sabía que era hora de perdonar y liberar el peso del pasado, la tendría que buscarlo a él para la reconciliación, aunque él sea un hombre casado, debía saber que ella no tiene nada en contra de él, para que ambos puedan vivir en paz, y seguir sus vidas. La vida estaba llena de oportunidades para crecer, para encontrar su propia felicidad y para explorar los caminos que se extendían ante ella. Con cada paso, recordaría la lección de que el perdón y la aceptación podían ser la clave para sanar y continuar adelante.—Lo tendré que buscar, aunque el nunca sabrá que me llamo Elena, solo sabrá que soy María, mi antiguo nombre, quiero entregarle esa carta, y decirle que le perdono, y que el me otorgue su perdón, para vivir en paz, y asi poder vivir mi vida con alguien más —dice Elena con voz firme.—Lo tenemos que platicar, no vaya a ser que se salga todo de control —dijo Carlos.—¿De que hablan? —dice Taiki interrumpiendo.—Los tres iremos a ped
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