Una hora despues llegaron a la suite del hotel, abrieron la puerta y luego se cerró la puerta automáticamente.—Eres un hombre irresistible, la intimidad contigo, tu piel, me está convirtiendo en una mujer adictiva,Daniel la miró intensamente, sus ojos oscurecidos por el deseo que crecía entre ambos. La atmósfera en la suite del hotel era sofocante, cargada de tensión y de una urgencia palpable. Afuera, la ciudad comenzaba a encenderse con las luces nocturnas, pero ellos estaban atrapados en su propio universo privado.—No puedo esperar más —murmuró Daniel, tomando la mano de Valeria y guiándola hacia la gran cama que dominaba la habitación, la cual estaba iluminada por las luces tenues que daban un aire sensual al espacio.—Soy tuya —dijo Valeria.Valeria, sonriendo con esa travesura que siempre lo volvía loco, se acercó lentamente a él, como un depredador acechando a su presa. Sus dedos comenzaron a desabrochar la camisa de Daniel, y con cada botón que liberaba, su respiración se v
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