Las hábiles manos de Jonah se deshacen de la camiseta que traigo puesta, desabrochando mi sujetador y pudiendo tocar mi cuerpo. Yo sigo devorando sus labios, mientras Jonah comienza a lamer y estimular mis pezones con sus manos, suave y muy lento, haciéndome suspirar del placer.Jonah es tan bueno haciéndome el amor, conoce todos mis puntos sensibles, y sus manos hacen magia sobre mi piel, así que cuando nos separamos lo miro a los ojos y sonrío, solamente pudiendo pensar en lo guapo que es.—¿Qué ocurre? —pregunta el mirándome también.—Nada, solo pensaba… En lo guapo que eres —confieso algo avergonzada—, y en lo mucho que te amo.—Yo también te amo, mi hermosa Rose.Sin dejar de masajear uno de mis pechos con una de sus manos, Jonah logra abrir y bajarme los pantalones, comenzando a pasar sus dedos sobre mi sexo, acariciando mi cuerpo sobre mi ropa interior, la cual comienza a mojarse debido al deseo que siento.Jonah se separa por un segundo de mí para quitarse la camiseta, y yo no
Leer más