-Nos vemos a la noche cariño- exclamó Daniel besando en los labios a su esposa y besando la frente de su niño- Hoy podemos pedir sushi y ver una peli en el living, la que tú quieras.-Está bien- respondió Emilia, sin prestarle mucha atención, porque la azabache sabía que su esposo estaba feliz porque ella ya no tenía trabajo e iba a estar todo el día en casa, donde él podía vigilarla, lejos de Adrian, claro.Daniel cerró la puerta de la casa, dejando a dentro a la madre y al niño.-Bueno Noah, estamos en casa de nuevo- exclamó dejando al niño sobre la alfombra del living- Voy a traerte tus colores, quédate aquí ¿Si?Emilia subió las escaleras desganada, dándose cuenta que a esa misma hora estaría junto a su niño divirtiéndose en el parque con Emma y Adrian, mientras ambos miraban sonrientes a los niños jugar, como si fueran una familia feliz.Ahora estaba en esa fría casa, gris y sin vida, que la sentía muy grande para ellos dos solos.Dejó los colores nuevamente en la caja y volvió a
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