AVA MINUTOS ANTES Cuando entro, el olor a antiséptico pica mi nariz y no puedo evitar arrugarla en un intento por alejar el olor, ver a mi padre, postrado en una cama, delicado, débil, estando en esa barrera invisible que separa la vida de la muerte, hace que piense por un segundo que nunca fue aquel hombre de carácter duro que, desde la muerte de mamá, me hizo a un lado. Me abandonó, y ahora, me parece que la vida le ha cobrado la factura por todo lo que hizo en el pasado, bien dice la gente que todo lo que hagas, sea bueno o malo, lo terminas pagando en vida, no en muerte, y yo soy la consecuencia de mi padre. Según el doctor que me vio antes de entrar, y que ha estado a cargo del caso de mi padre por orden expresa de Levi, él tenía leucemia, lo que pasó es que nunca quiso someterse a un tratamiento, mucho menos a pedir ayuda cuando lo necesitara, quise hacer esto sola, haciendo caso omiso de las palabras llenas de veneno de mi madrastra, y por supuesto, de las miradas fulminant
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