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41. PLANES
Cuando Adele y su padre regresaron a la ciudad, lo primero que hizo ella fue contactar con la hermana del chico, era un año y unos meses menor que ellos. Y aunque era muy inteligente, cuando se trataba de la felicidad de su hermano, no lo pensaba dos veces. A ella era a la primera que tenía que convencer, si lo lograba tenía ganado la mitad del camino. Sabía que ella influía mucho en las decisiones que él tomaba.—Christie, soy Adele. ¿Te gustaría que nos encontremos? —preguntó con la voz más dulce e inocente que pudo poner.—Hola Adele, está bien. Ahora mismo estoy en el centro comercial, si quieres venir podemos tomarnos un café y charlar.—Estaré ahí en poco tiempo —dijo y le colgó, para luego girarse en los brazos de un hombre que la miraba sonriente en una cama ambos desnudos— me tengo que ir.—¿Ya empezó la cacería? —preguntó aquel con descaro.—Sí, esta vez tengo que lograrlo o papá me mata. Así que nada de estarme cayendo atrás ni darme escándalos. A partir de hoy seré una ni
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42. ISABELLA
Isabella se ha vuelto a quedar dormida en un sillón mientras Marta sigue organizando el proyecto. Fueron a la escuela por la mañana, y luego al orfanato a buscar algunas cosas que ella necesitaba. Después de esperar a su amiga en la cafetería toda la tarde, regresaron al apartamento, y ahora se había dormido. El sonido de la puerta y la voz de su abuelo, hizo que saltara y corriera al encuentro de ellos. —Pensé que ya no iban a venir hoy —le dice abrazando y besando a su abuela primero, y luego a su abuelo — es muy tarde abuelo, tienes que dejar de viajar de noche. —Es que a tu abuela otra vez le dio por hacerte junto a la cocinera esa enorme cantidad de comida, insiste en que no te alimentas bien y es verdad, has bajado mucho de peso.. Habla con tono de reproche el abuelo Sardino mirando a las chicas complacido. Su nieta nunca había tenido una buena amiga y eso era algo que lo entristecía. Desde que vio a Marta la primera vez, de una sola ojeada supo de que era una buena chica
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43. CHRISTIAN
Christian es el hijo mayor de una muy adinerada y afamada familia. Tiene solo una hermana un año y medio menor, se adoran. Son además de hermanos, amigos y confidentes, confían ciegamente uno en el otro. Por eso, al llegar ese día a su casa, rió feliz al verla correr hacia él y saltarle arriba, como si hiciera mucho tiempo que no se veían.—¡Bájate Christie! Le pidió, mientras la sujetaba, para que no fuera a ser que se cayera. Ella seguía llenándolo de besos hasta que al fin se desprendió y bajó, sin soltarlo emocionada.—¿Y? ¿Lo lograste?—Llegué demasiado tarde —dijo soltando un suspiro.—¿Cómo demasiado tarde? ¿Qué quieres decir con eso?—Se casó con otro, precisamente llegué a la hora en que se estaba celebrando la boda. Fue terrible, la perdí, mi hermana, la perdí.—Vaya, mi hermano lo siento mucho. ¿Y por qué te demoraste tanto? Pensaba que estabas con ella.—La seguí a su luna de miel.—¿Qué? ¿Por qué hiciste tal cosa? ¿Eres masoquista acaso? —preguntó ella obligándolo a det
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 44. TRAMPAS DEL DESTINO
Christian la vio alejarse mientras sonreía tontamente, sí, había tomado la decisión correcta, se dijo volviendo a entregarse a su trabajo. Era realmente enfermiso seguir detrás de una mujer que había olvidado que existía, y encima de eso estaba casada. Con Adele podría rehacer su vida y olvidar por completo a su primer amor. Al terminar se montó en el coche de sus amigos que pasaron a recogerlo y condujeron rumbo a su yate. Al final, decidieron hacerlo allí, navegaron hasta aguas de nadie y disfrutarán a lo grande. Sus amigos se dieron a la tarea de invitar a las chicas. Él les había aclarado que no quería a ninguna, que se mantendría fiel a su inocente y bella novia, obteniendo las burlas de todos, pero se mantuvo firme. Esta vez no quería que sucediera nada, que diera al traste con sus planes de vida feliz. La fiesta avanzaba, según lo planearon, dinero era lo que les sobraba a todos. Por lo que habían hecho que el helicóptero de su familia permaneciera con ellos. Cada tanto iba
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45. UN REGALO INESPERADO
Mientras, un tiempo antes en París. Isabella se encuentra sentada en el medio de la sala de un hospital con la cabeza cabizbaja, ve como los pies de su abuelo cruzan por delante de ella en su andar de un lugar a otro. ¿Cómo pudo suceder esto? Es la única pregunta que retumba en su cabeza. Hasta que ve los pies detenerse a un metro delante de ella y lo escucha preguntar.—¿Y entonces dime, Bella? ¿Qué fue aquello que te impulsó a hacerlo? ¿El amor o el odio? ¿Cuéntame bien despacio, que hizo que tomaras esa decisión, Isabella Sardino? —pregunta, tratando de mantener la calma. Aunque claramente puede ver la frustración y desilusión reflejados en su rostro. En lo que ella piensa.¡Tres meses habían pasado desde esa noche, en que me entregué a un extraño!¡Tres meses, de haber desaparecido!¡Tres meses, en que me convertí en otra persona!Libre, decidida, alegre. En que de a poco, mis sueños comenzaban a hacerse realidad. Y heme aquí, ante la mirada inquisidora de mi abuelo.—Contéstame
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46. EMBARAZADA
Después de la conversación con sus abuelos, y de que su abuela la acompañara a dormir. Se pasó mucho tiempo tratando de encontrar el modo de encontrar al padre de su hijo. Hasta llamó al hotel, pero le informaron que no mantienen tanto tiempo las grabaciones de las cámaras de seguridad. Logró hablar con la chica que vendía bebidas, ella era lesbiana y le había dado su número por si algún día cambiaba de parecer y gustos. Luego de explicarle lo que quería saber, le dijo que no tenía ni idea quien era el joven, que se acordaba más o menos. Pero que este no había vuelto a aparecer en el hotel, que si lo veía le avisaría. Le dio las gracias sintiendo que su mundo cada vez se enredaba más. ¡Cielos! ¡Si su papá se enteraba de esto, la mataría, y ni hablar de su madre! Y entre tanto pensamiento negativo, su tristeza se acentuaba hasta que terminó por echarse a llorar, y quedarse dormida profundamente. Al otro día, su abuela la despertó bien temprano. De un salto salió de la cama y corrien
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47. GEMELOS
El eco de esas palabras resonaba en su cabeza mientras realizaba las cosas que la doctora le indicaba. Finalmente, se sentó frente a la doctora, quien escribía en su expediente antes de comenzar a hablar. Mientras tanto, las piernas de Isabella se movían incontrolablemente, y su cuerpo temblaba, incapaz de calmar sus nervios. —Bueno, cálmate, Isabella. Sé que puede asustarte la idea de tener dos niños en tu primer embarazo, pero puedo ver que tendrás mucho apoyo y amor —dijo la doctora, intentando tranquilizarla. Habla la doctora, tratando de que se calme, pero está tan asustada, que por mucho esfuerzo que hace, su pierna continúa saltando incontrolablemente, está asustada más allá de lo que yo puede controlar. —Por ahora, Isabella, deberás tomar estas vitaminas que te indico. Vendrás cada semana para un chequeo de rutina. También deberás hacerte todos estos análisis. Y, sobre todo, tienes que alimentarte muy bien. Veo que tanto tú como tus bebés están con bajo peso para el tiempo q
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48. MADRE
Para alejar a los curiosos, que querían siempre saber del padre. No sé qué importancia tiene, se meten en tu vida y quieren saber hasta el último detalle. Seguí con la historia de mis abuelos Por suerte, tenía a Marta, que primero se asombró y tuve que hacerle toda la historia de mi noche de locura. Pero que al saber que me quedaría con ellos, que no los abandonaría, me hizo subir ante sus ojos muchos escalones. Y se volvió mi guardiana estelar, no solo me ahuyentaba a los curiosos, sino que estaba al tanto de que no olvidara ninguna vitamina y cuando mis abuelos tenían que viajar, ella me acompañaba a toda partes y se quedaba conmigo en la casa. Por suerte, mi embarazo transcurrió sin problemas. Mi único malestar era el sueño y porque tenía la hemoglobina baja, pero con la buena alimentación y cuidado de mi amiga, más la señora Eugenia que se mudó a mi casa para no dejarme sola, todo fue muy bien. No me vi obligada a abandonar mis estudios.Mis abuelos habían tenido que regresar pa
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49. REGRESO
No los dejaría solos sin importar lo que tuviera que afrontar, mima en verdad estaba muy delicada. Quería estar a su lado lo que le restaba de vida. Ayudando y apoyando a mi querido abuelo también. No lo dejaría sufrir por la pérdida de mima y se me fuera a enfermar también, no podía perderlo a los dos. Además, quién sabe si dios nos hacía el milagro y mima se recuperaba.—¡Gracias, hija, muchas gracias! Lo arreglaré todo —dijo muy emocionado, se levantó, me abrazó muy fuerte y me besó. —Muchas gracias Bella, eres el mejor regalo que nos ha dado tu padre.—Ja, ja, ja…, sí, al menos no le puedes quitar ese mérito.—No se lo quito, ahora empieza a empacar, que ya compré los pasajes.—¿En serio? ¿Por eso me hiciste sacarles pasaportes a los niños? Debiste avisarme abuelo, ahora ya hubiese dado el aviso en el trabajo. No importa, pediré la baja mañana. ¿Puedo llevarme a Marta?—¡Claro! ¿Crees que acepte?—Ella no tiene familia, creo que sí.—Yo invité a Eugenia, tampoco tiene a nadie, me
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50. ENTREVISTA
Hago todo lo que me dice, tomo el elevador y respiro varias veces profundo hasta llegar al quinto piso. Salgo al abrirse la puerta, un gran silencio me recibe, por suerte es verdad. La secretaria, una señora muy amable, me saluda y luego de verificar que soy yo. Me indica que me siente. Y aquí estoy, media hora antes de lo que estipula la entrevista, sentada en la antesala de una gran oficina, junto al buró de la secretaria, que al fin me llama. —¿Isabella Sardino Giménez? Por favor pase, en un momento le atenderá el señor Christian. Vaya, ¿está adentro? Y yo esperando todo el tiempo verlo aparecer por el elevador para ver como era. Me pongo de pie, acomodo muy bien mi falda que cuando me siento tiende a subirse, y camino hacia la puerta que me indica ella. Al ir a pasar por su lado, le agradezco. — Muchas gracias, señorita. —Suerte, y no te asustes por el aspecto de su oficina. —Me advierte ella. Tomo aire y decidida, camino lo más calmada posible, toco levemente y escucho el ade
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