MuriloPero dejaría todo como estaba, al menos por ahora. Aparentemente, ya había presionado lo suficiente por un día."De acuerdo entonces", concedí. "Haré como deseas. Pero...""Pero", preguntó."Me iré solo cuando llegue tu amiga aquí".Ella suspiró con visible desagrado, pero al final aceptó y en ese mismo instante contactó a su amiga que llegó pocos minutos después.Después de ser presentados, me di cuenta de que era la misma chica que estaba con Virgínia en la discoteca, pero también tuve la impresión de que ya la había visto antes.No comenté sobre esa impresión y, después de despedirnos, me sentí obligado a cumplir con lo acordado y dejé a las dos chicas en la zona de comidas y fui al estacionamiento para recoger mi coche.Conducí por las calles del exclusivo barrio donde se encontraba el centro comercial, sintiendo la irritación brotar por todos mis poros.Pero sabía que no podía haber actuado de manera diferente. No sería correcto forzar la situación, así que solo me quedaba
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