Capítulo 43. Un descubrimiento inesperado.
El niño se asomó por la rendija de la puerta, esperando que todo estuviera en silencio, cuando no escuchó nada salió con cuidado, caminó hacia la habitación de sus padres y vio a su padre durmiendo y roncado. Enseguida se regresó, corrió hacia la habitación donde escuchó que su padre había encerrado a su madre. —Mamita ¿Cómo estás? —preguntó a través de la puerta, al mismo tiempo que le daba unos golpecitos. Colocó su oreja en la puerta para ver si escuchaba algo, pero todo era silencio, caminó hacia el porta llaves, como no alcanzaba, colocó una silla, se subió y tomó las llaves de las habitaciones, regresó de manera sigilosa, y fue probando llave por llave, con cada desacierto, se iba sintiendo angustiado, pensando que el tiempo se agotaba, las lágrimas asomaron a su s ojos y se deslizaron por su rostro. Finalmente, dio con la llave correcta y abrió la puerta, sintió la oleada de frío, golpear en su cuerpo, se estremeció, pero no se detuvo, miró a la cama y se quedó sin aliento,
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