Me asomé en la ventana y los vi a Jaime y Nathan conversando, mi padrastro lucía muy alterado mientras que Nathan apacible, ¿cómo le hace?. Nathan notó mi presencia y llevó a Jaime a un lugar donde no los pudiera ver. ¿Qué tanto esconde? Me regresé a la cama y esperé hasta que Lupe viniera por mí. —Adriana, disculpe la demora, el señor y Nathan recién se fueron, debe estar con hambre.—Mucha.—Venga conmigo.—Espérame un rato —miré mi sábana y estaba totalmente cambiada. ¿Nathan lo hizo?—No se preocupe, Nathan me dio su sábana.—¡Que vergüenza!—No se preocupe, el señor Nathan me dijo sobre su regla, a buena hora que estuvo con él.—¿Solo le dijo eso?—Sí, ¿se siente bien?—Sí.—Bueno, debe desayunar para que pueda tomar la pastilla de los cólicos.—¿Quién es Laura?—Le contaré después de que desayune.Asentí y la seguí hasta el comedor, me senté en la silla de siempre y esperé hasta que sirviera mi plato. Le agradecí y se paró al otro lado de la mesa, ella tenía prohibido sentarse
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