Debería empujarlo.Eso no está bien, no debería sentirse así…Samira le da acceso a su boca sólo para ella explorar de Anthony, sus manos se enredan en su cabello y Anthony la pega más a él, como si eso fuese posible, sus manos se posan en las caderas de Samira con delicadeza, hasta que a ella se le sale un gemido involuntario y el hombre pierde la razón.La levanta, obligándola a que lo rodee con sus piernas, la sienta en un mueble al que le quita todo lo que tiene encima y allí es donde rompe la magia, porque Emily se despierta.—¿Samira? — dice Emily somnolienta, sentándose en el sofá, la chica empuja a Anthony y se acerca a ella aún agitada—. ¿Dónde estamos?—En la casa de un amigo, cariño.—Estás en la casa de tu… —intenta decir Anthony, pero Samira lo interrumpe.—Sí, de mi amigo —le dice ella y Emily sonríe.—Me alegra que al fin tengas un amigo, siempre estás sola… ¿Qué fue ese ruido que me despertó?—Oh, lo siento nena, pero mi amigo es un poco idiota y tiró unas cosas al sue
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