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Todos los capítulos de ESPOSA SUPLENTE DEL CEO: Capítulo 61 - Capítulo 70
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Capítulo 61; El dolor de una madre.
En cuánto atravesó el umbral de su penthouse, Gianna corrió a él y lo abrazó con fuerza, Alexander se refugio en sus brazos permitiéndose al fin sentir el consuelo que necesitaba, ella lo dirigió a la habitación, en silencio lo había despojado de la ropa, y llevado al cuarto de baño, en donde tomaron una ducha juntos. Él se colocó el pantalón del pijama, y ella un conjunto de pijama de seda, ambos se acostaron sobre la cama. Él estaba en silencio y ella quería respetar eso, no forzarlo a hablar, sino esperar a que él estuviese preparado.Parecía deshecho y lo entendía, realmente lo entendía porque él la había amado, habia pasado con ella lindos momentos, la había querido tanto como para pensar en matrimonio y una vida a su lado... entendía todo lo que debía estar sufriendo. —Fue un accidente horrible — como un niño asustado se abrazó a ella. —Pude ver algunas imágenes— los ojos de Gianna se llenaron de dolor — lo siento tanto, Alex. —Y yo, no la quería en mi vida, pero no quería qu
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Capítulo 62; Una carta de amor.
Alex y Gia, llegaron al Penthouse, sumidos en una tristeza infinita. Fueron directos a la habitación en donde tomaron una ducha compartida y por más que Gianna batalló, no lograron comer más allá de dos o tres cucharadas de alimento. —Marina, me entregó una carta...—¿Una carta?— Gia parecía confundida. —Adara la escribió para mí.—Eso no tiene sentido, cariño, porque las personas no saben que tendrán un accidente. —Es por eso que creo que no lo fue...— Gia abrió los ojos enormes y le miró horrorizada. —Estás diciéndome que... Alex...—No la he leído completa... está en mi traje— dijo en un susurro. —La traeré para ti— bajó rápidamente de la cama, hurgó en los bolsillos del traje dónde encontró un sobre abierto con el nombre de su esposo, se lo llevó y volvió a la cama. Alexander lo tomó sintiendo un vacío en su estómago.—¿Quieres que te deje a solas?—No— respondió rápidamente— te necesito a mi lado. Gia, cariño, lamento todo esto, está tristeza que se ha apoderado de mi, lament
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Capítulo 63; Una batalla de persistencia.
Tres meses habían transcurrido desde la fatídica muerte de Adara, todo había quedado como ella quería. Un accidente por exceso de velocidad, habían perdido el control del auto y habían terminado cayendo por el precipicio, le frustraba el hecho de que hubiese querido contarle a todos que James Miller era un desgraciado abusador de mujeres, pero no quería dañar la imagen que Adara, que se vería indudablemente afectada al desenmascarar a James. La carta, había terminado al final de su caja fuerte, no se atrevía a quemarla o romperla, esas palabras eran muestra de que Adara lo había amado relamente y la traición que había experimentado, no era una traición como tal. Hacía quince días, Gia y Alex, habían viajado a Irlanda el fin de semana para asistir a la boda de Kelsey, por petición de ella misma, los novios se marcharían en un largo recorrido a través de países encantadores, en una maravillosa luna de miel, Alex y Gia, realmente les desearon felicidad y mucha dicha, pudieron apreciar
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Capítulo 64; Amor con nata montada.
—¡ESTOY EN CASA!—gritó Alexander en cuánto atravesó la puerta de la casa—¡Cariño, ya llegué!—¡BIENVENIDO A CASA!—exclamó corriendo hacia él, Alex la elevó y ella aprovechando que tenía pantalón, le rodeó las caderas con ambas piernas, y el cuello, con ambas manos. Se inclinó hacia él, de inmediato para reclamar su boca en un beso, Alex la tomó y de ambos glúteos, para mantenerla firme y evitar que cayera al suelo. En cuánto se separaron, ambos sonrieron.—Este es mi momento favorito del día, Señora Harrison. —Este es uno de mis momentos favoritos, pero sin duda el mejor de todos— se acercó y le susurró al oído— es cuándo estás dentro de mi— una descarga eléctrica le recorrió la columna vertebral.—Eso ha sido muy caliente— descargó la palma sobre su glúteo, en una nalgada— deberíamos irnos a la cama ahora mismo.—Primero a la cocina— sonrió, Alex, caminó con ella sin bajarla, y ella no podía dejar de sonreír, y darle rápidos besos. — Puedo caminar.—Lo sé, pero así se siente mejor —
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Capítulo 65; Destrozar un corazón.
Ansioso como estaba, Ethan respiró profundo para intentar calmar su respiración, se puso de pie para recibirla, se sentía como un quinceañero ansioso ante su primera cita con la chica que le gustaba. Tras un llamado, la puerta se abrió, Dándole paso a Gianna y cerrándose tras ella. Estaba hermosa, su rubio cabello suelto y perfectamente peinado, sus ojos azules tan brillantes como los recordaba, aquel hermoso vestido color fucsia con decoraciones plateadas... hubiese querido correr hacia ella y tomarla entre sus brazos para besarla, sin embargo, se obligó a mantener la cordura. —Buenas tardes, Ethan— le saludó con voz tranquila, aparentemente muy serena. —Gianna, buenas tardes, por favor, toma asiento.—Muchas gracias— dejando su elegante bolsa en una esquina del escritorio, lo miró sentarse en la silla frente ella, del otro lado del escritorio.—Me alegra tanto que hayas venido— le regaló una sonrisa— es una alegría que estés aquí. —En vista de todo lo que ha ocurrido he tomado l
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Capítulo 66; Sustituir un amor.
Gianna salió, seguida de un silencioso Oliver, ingresaron al ascensores que los trasladaría hasta el estacionamiento de vehículos, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron en el sótano, y salió de él, se encontró de frente a Ronal Maxwell, quién la observó a los ojos y luego, lentamente deslizó la mirada a través de su cuerpo. —Vaya, Gianna Santos, ¿O debería decir Gianna Harrison?—Como mejor le parezca, aunque de preferencia no tener que cruzar palabras con usted, sería lo mejor— el hombre dibujó una cínica sonrisa en sus labios. —Sincera, como siempre. ¿Qué haces en mi empresa?—Buscando una sociedad para Harrison Corporation— Ronald frunció el ceño.—¿Sociedad?—¿Con los Maxwell?, ¡Ni de chiste!— dijo burlona. — vine a conversar con Ethan, ya sabe, eso de cerrar ciclos. —Espero no le estés llenando la cabeza de cucarachas a mi hijo. —Para nada, es suficiente con las que ustedes mismo le han llenado la cabeza. Es lamentable, Ethan es un buen chico, con la mala suerte de t
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Capítulo 67; Se acerca la tragedia.
Susana despertó aún envuelta en los fuertes brazos de su esposo, lo admiró, Ethan era tan grande, fuerte y atractivos, había sido bueno atento y cariñoso, dedicado, el sueño de cualquier mujer... recordar lo sucedido la noche anterior, le dejaba un mal sabor de boca. Él seguía encaprichado con la tonta de Gianna Santos, no podía dejar de maldecir el día en el que aquella mujer se había cruzado en sus vidas.Ahora, tenía al hombre que amaba, sí, pero que no dejaba de pensar en otra y resultaba extremadamente doloroso el hecho de que una de sus mejores noches, la noche en la que mejor la habían pasado juntos, él había estado ebrio y...pensando en otra. Cerró los ojos con dolor.Salió de la cama y se dispuso a prepararse para el nuevo día, quería ir de compras o, visitar a su familia, quizás hablar con su madre le haría bien, quizás debía visitar las empresas de su padre, algo, debía hacer algo que lograra entretener su mente, para dejar de pensar. Dejaría dormir a Ethan, había llegado
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Capítulo 68; Un duro golpe.
—¡No puedes hacerme ésto, Ethan!— Susana, gimió desconsolada, mientras miraba con horror a su esposo. —¡Quiero el divorcio!— exclamó una vez más — ¡ Este matrimonio no nos está llevando a ningún lado, Susana, terminaremos odiandonos!—¡ÉSTE MATRIMONIO NO FUNCIONA POR TÚ CULPA!—lo señaló con un dedo acusatorio. —¡ME ESFUERZO DIA CON DIA PARA HACERTE FELIZ, MIENTRAS TÚ SIGUES PENSANDO EN ESA MALDIT4 MUJER!— sollozó —¡ ESTOY HARTA, HARTA DE VIVIR CON GIANNA SANTOS EN MEDIO DE NOSOTROS!, ¡ESTÁ CASADA, CASADA, YA SUPÉRALO!—Ethan, la miró endurecido. —Tú no lo entiendes— dijo con voz tensa — jamás entenderás esto que siento. —¡Yo mejor que nadie lo entiendo!, ¡ Yo que vivo amándote y sufriendo tu indiferencia a diario!, ¡ME LASTIMAS, ETHAN!—Por esa misma razón lo mejor será divorciarnos. — la miró con dolor— has sido una persona importante para mí desde que somos niños, Susana, me duele, me duele hacerte daño, lo mejor es separarnos. —¡NO!—sollozó—¡Por Dios, reacciona!— dijo enojada— t
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Capítulo 69; El dolor de la perdida.
Alexander, entró a la habitación con todo el cuerpo temblando, su corazón latiendo con ràpidez, a la vez que sus ojos estaban llenos de lágrimas de dolor y desesperación. —Sólo unos minutos, Señor Harrison— le advirtió el médico— recuerde que está bastante delicada. —Júreme que va a salvarse— suplicó. —No puedo hacer eso, señor, su pronóstico es reservado, debemos esperar un poco. —¡Es mi esposa!—gimió con dolor.—Lo sé, y le prometo que haremos todo lo que esté en nuestras manos, todo lo humanamente posible para que se recupere— Alex asintió con dolor, para seguir su camino a la cama.Allí estaba ella, su Gianna, su amor, tenía el rostro inflamado, lleno de heridas y muy pálido, una herida en su hermoso labio inferior, una venda cubría su cabeza, y se podía apreciar muchos hematomas en sus brazos, una de sus piernas inmovilizada a causa de un yeso, le habían fracturado la pierna... Se acercó rápidamente a ella y con cuidado tomó una de sus manos.—Cariño...—habló con ternura— esto
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Capítulo 70; Un adiós.
Ethan llegó de la oficina directo a casa, había tomado la decisión de dejar de visitar los bares hasta altas horas de la noche, la bebida no aliviaría sus penas, y volverse un alcohólico sólo agravaría su situación, eso sin contar con que quería ser un buen ejemplo para su futuro hijo, necesitaba reconstruirse y sacar a flote la mejor versión de si mismo para poder ser un buen padre, digno, merecedor de la bendición de un hijo. Aunque era difícil, asumió que lo mejor sería poner de su parte para que la relación con Susana funcionara, tenían un lazo que los uniría de por vida, y ella era una buena mujer, buena esposa, para su desgracia Gianna le había superado, era feliz junto a Harrison, y le había dejado en claro que no la recuperaría, no podía evitar los ataques de angustia o ansiedad al saberla de otro, pero... de nada servía, él mismo había tomado las decisiones y cometido las acciones que lo habían colocado en aquella postura, en consecuencia, lo mejor que podía hacer era asumir
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