Callie mantenía una mano sobre la puerta, sin poder moverse de su lugar. Su mirada se intercala entre Grant, la diseñadora Bells Merriweather, y los bocetos de vestidos de novia.El fuerte carraspeo de Grant, atrajo la atención de Callie, sacándola de sus ensoñaciones. —¿Podrías darnos un minuto, Bells? —Grant se dirigió a la mujer, quien no tardó en asentir.—¡Claro! —musitó con toda de emoción—. Creo que tomaste a tu prometida por sorpresa, les daré algunos minutos para que se pongan al corriente. —con una sonrisa, se dirigió a Callie—. Soy Bells Merriweather, diseñadora.Ambas mujeres se estrecharon la mano de forma cordial. —He escuchado mucho sobre usted, es más, admiro su trabajo.—Es un halago, que la futura señora Blackstone me lo diga. —la mujer le guiño el ojo—. Con su permiso.Cuando la puerta se cerró detrás de ella, llevó una mano a su cadera, sin dejar su postura profesional. —¿Podría explicarme esto, señor Blackstone? —inquirió, en un tono serio, que no dejaba lugar pa
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