Después de una noche de locura con Selena, el amanecer me sorprendió en sus brazos, una botella de whisky, más varios vasos adicionales me bastó para perder la cordura. —Selena, levántate. —Buenos días, ! wow! , ese whisky como si estaba adulterado, me hizo perder la noción del tiempo. —Los que estábamos adulterados éramos nosotros, no culpes al whisky. —¿Dónde está mi ropa?, tengo que vestirme rápido, tengo que ir a trabajar. —Acá la tienes. —¿Me puedes llevar a mi casa?, tengo que cambiarme para ir a trabajar. —No puedo, también se me hizo tarde para unos asuntos que tengo que resolver, pero si puedo pedirte un taxi. —Ok, está bien. Mientras Selena se vestía, yo le pedí un taxi, a los pocos minutos, ya estaba frente al edificio esperándola. —Ahora tengo que hacer unas llamadas. —Hola Jonás. —Buenos días Marcus y eso tú llamándome. —Necesito un favor, quiero que me averigues algo. —Muy bien, tú dirás. —T
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