Me llevó en sus brazos hasta la cama, allí me miraba, no dejaba de mirarme, pareciera que quisiera retenerme con la mirada. —Te amo, no puedo concebir mi vida sin ti, cierra tus ojos, duerme, yo estoy aquí, no te voy a abandonar, siempre voy a estar para ti, ahora quiero que descanses. Pensé que sus intenciones eran otras, pero no es así. —Te deseo como un loco y sé que tú también me deseas, pero no, hoy no, esta noche no, sólo quiero que te quedes así callada, sólo metida entre mis brazos, vamos hacer las cosas bien, te pido disculpas porque no supe cuidarte, era tanto el deseo de estar contigo que me olvidé de todo, vamos a comenzar de cero, mañana vamos a un amigo ginecólogo, quiero que te examine bien para que te pongas en control, cuando tú lo desees tenemos hijos, yo siempre lo voy a desear, pero voy a esperar por ti, cuando estés preparada los tenemos. Esto era lo que estaba esperando, que Cristhofer me hablara de esta manera, lo amo inmenso, pero mi do
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