-Si no vas a contarle al señor Montenegro sobre el bebé, entonces yo te voy a acompañar al médico- sentenció Melisa decidida en no dejar sola a su jefa. -No es necesario, no te preocupes- exclamó Sofía, quien no quería ser una carga para la joven, ella no merecía soportar sus problemas, ya había hecho mucho con escucharla llorar y guardar sus secretos, además de cocinarle todos los almuerzos, estaba haciendo más de lo que debía.-Insisto- dijo seriamente- y no acepto un no como respuesta jefa.Sofía la miró a los ojos, Melisa estaba cruzada de brazos, mirándola fijamente con una expresión dura, Sofía no pudo evitar imaginar en ella la hermana menor que sus padres nunca quisieron darle.-Está bien- respondió con una sonrisa tímida- No sé cómo compensar todo lo que me estás ayudando Meli.-Con ser madrina de ese bebé estaría saldada la deuda- bromeó la joven, pero en verdad quería serlo, aunque Melisa no tenía niños en su familia, le encantaban y la idea de un bebé nuevo en el hotel y
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