Ashley no podía pensar con claridad con Oliver tan cerca de ella. Cuando el llanto cesó y la desesperación disminuyó, se alejó lentamente de él, como si estuviera pisando un campo minado a punto de explotar. Era como si las palabras de Ethan, recordando el pasado, resonaran en su cabeza, haciéndola sentirse una tonta por permitir que él se acercara tanto.— Deberías haber avisado que vendrías — secó sus lágrimas, ahora de espaldas a él — tal vez así habría evitado tanta confusión.— O me habrías impedido venir — dijo, decepcionado, recuperando su dignidad y alejándose de ella también — quería ver a Valentina.Ashley se giró para mirarlo, intentando encontrar cualquier rastro de sinceridad en el rostro de Oliver.— ¿Crees que ella no es tu hija? — fue casi un susurro — ¿por qué la quieres ver?— Mis motivos no importan, Ashley.— Estamos hablando de nuestra hija, Oliver — otra lágrima amenazó con caer de sus ojos. Su voz estaba visiblemente alterada — ella es solo una niña y no quiero
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