Capitulo 25. Tu eres mi lobo
La pelinegra arrastro al castaño a su diminuta cama, y mientras que él se había colado habilidosamente entre sus piernas ella rodeó su cuello con los brazos, afianzo el beso al mismo tiempo que frotaba su cuerpo contra el de él.Estaba fuera de control, no entendía que le sucedía pero cuando Dimitri se encontraba tan próximo a ella que la encendía. Todo su cuerpo vibraba y lo deseaba, ¿eso que representaba? Ella abre los ojos observando aquellos ojos brillantes y rebosantes de lujuria.Justo en ese instante, Dimitri muestra una sonrisa que la paraliza y la hace llegar a una conclusión bastante lógica, ¿era posible que se estuviera enamorando de él? ¿Eso era factible?Él vuelve a besarla con pasión ahogando sus preguntas y dudas, cierra los ojos y se extasía de él, de su cuerpo, de su fuerza, de su aroma tan varonil. Lentamente su vestido de dormir fue ascendiendo por su cuerpo hasta que fue expulsado por su cabeza.Todo su cuerpo se encontraba expuesto ante las caricias de Dimitri, él
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