Durante la comida, Nathanael, acompañó a Vanessa, le daba pequeños bocados y se llevaba el mismo a la boca unos cuantos, ver los hermosos ojos azules de la mujer, enrojecidos, no le agradaba en lo absoluto — Solo tienes un par de días más para descansar, creo que te aumentaré uno más, si mi abuela te ve golpeada no tienes idea lo que me hará, además mis hijos no deben nunca ver a una mujer lastimada — el CEO era muy estricto con el no maltratar nunca a una mujer, no cuando de pequeño vió muchas veces a su madre con el rostro magullado por los golpes que su padre le dabaVanessa no comió mucho, lo que probó fue solamente para complacer a Nathanael, ella seguía con el estómago hecho un nudo, se disculpó para ir al sanitario un momento, al salir se encontró con el imponente hombre que estaba sentado en el sofá, él la miraba fijamente como un cazador mira a su presa, Vanessa, se sintió nerviosa, los colores se le subieron al rostro, pero cuando escuchó sus voz llamarla fue que todo en el
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