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Todos los capítulos de Cómo llegué a Odiarte : Capítulo 1 - Capítulo 5
5 chapters
Capítulo 1
Las gotas de lluvia golpean los vidrios de mi recámara, con tal fervor, que parece que en cualquier momento se van a romper los cristales de los enormes ventanales.Ventanales que adornan, toda esta prisión.Mi corazón está a punto de un paro, no aguanto más. Estoy a punto de un colapso nervioso.La luz tenebrosa de un relámpago atraviesa por un enorme ventanal, la antesala de un trueno, el sonido de este me paraliza, sonó como el estómago del mismísimo Diablo, me aferro a mis cobijas y me meto en ellas.Aitana es solo agua, con un demonio tranquilízate.Mi corazón parece que va a salirse de mi pecho, estoy bañada en sudor, a pesar del maldito tiempo que llevo aquí jamás me voy a acostumbrar a sus infernales tormentas.Tormentas que pueden durar horas, días, o semanas.Yo creo que por eso el infeliz, hijo de puta, me envió a este maldito lugar porque odio las tormentas, de seguro quiere que me vuelva loca, para deshacerse dé mí, pero no le voy a dar el gusto, si me quiere ver destroz
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capítulo 2.
Mi respiración se acelera con cada paso que da, escucho sus botas y el crujir de la madera, eso me pone los nervios de punta.El hijo de perra, está aquí, y vino a arrebatarme, lo único que me queda.Si por un momento cree que lo voy a dejar humillarme, está muy mal, le demostraré que ya no soy esa niña de 17 años , la cual rompió y humilló, esa niña que le era devota en cuerpo y alma. Si él me odia, mi odio por él, es más inmenso que el cielo.—No vas a saludar a tu rey, tiene mucho que no nos vemos—dice con un tono burlón.Tomo un abre cartas, lo agarro con tal fuerza que mi corriente sanguínea se corta enseguida, y mi puño se pone blanco, la marca en mi dedo anular con sus iniciales, me arden de tal manera que parece que se va a incendiar.Quiero matarlo, ver cómo su asquerosa alma se le va de su inmunda presencia, pero si lo hago acabaría muerta y está noche no es mi intención acabar de esa manera.Solo han pasado unos minutos, pero parece una eternidad, respiro profundamente y v
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Capítulo 3.
—¡Joder, Belinda! Duele, duele como un infierno.Belinda oprime más el trozo de tela con agua realmente helada, el frío me invade, y empiezo a temblar como una hoja cuando el viento la mueve.No sé si estoy temblando por lo frío de la manta sobre mi piel mallugada o porque siento que en cualquier momento van a derribar esa puerta, y nos cortarán el cuello como viles cerdos, la idea de mi cabeza sobre una estaca, me provoca más escalofríos.Belinda oprime un poco más la tela y grito del dolor.—¡Mi señora, perdóneme!—No te preocupes, ¿Falta mucho?—No, estoy por terminar—moja dos veces más la manta y por fin termina.—Listo mi señora, en unas cuantas horas no habrá rastro del atropello del rey.—Ojalá, que con tus remedios, se quitaran todas las cicatrices de mi alma.—No se ponga así, todo lo que ha tenido que pasar la han hecho más fuerte.—Lo sé.Nunca olvidaré los primeros días que estuve aquí, como me enfermé de gripe, las altas fiebres, los delirios, el dolor asfixiante de mi pe
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Capítulo 4.
¡Maldita sea!¡Maldita sea!¡Maldita sea!El promiscuo no debería estar aquí, ahora que hago, tengo dos opciones: Salir de aquí, y demostrarle que no le tengo miedo o esperar a que el pervertido venga hasta mí, y estar a su merced.Sin duda alguna la primera opción es la mejor, no me dejaré intimidar, sobajar, jamás, así que doy un par bocanadas de aire, y lo suelto lentamente.—Sé que estás ahí, no tiene caso que te escondas, o que jamás habías visto una verga, si gustas puedes venir a arrodillarte, y darle una buena mamada a tu rey, pero es verdad eres una ignorante en esos temas—usa su nefasto tono burlón.¡Hijo de perra!Me sumerjo y nado hasta donde el perro está, antes de salir dejo a lado la vergüenza y el pudor, jamás un hombre me ha visto desnuda, y saber que será el primero, me llena de rabia, claro él no lo sabe, ni lo sabrá.Me sostengo del barandal y salgo lentamente de la piscina, gracias a los Dioses, mi larga cabellera, se pega a mi cuerpo y me cubre mis pechos, y un p
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Capitulo 5.
Rhaegar.Veo como la maldita se aleja, va cojeando, verla así tan desecha, me duele, eso me enfurece, porque ella menos que nadie merece mi compasión, ella me arrebató a la mujer que amaba por su puta ambición, por su capricho conmigo, porque ella nunca me amó, nunca sintió nada por mí, todo ese amor que decía profesarme siempre fue mentira, ella solo quería la corona.Pero verla así, ¡Joder!Me doy media vuelta, y no puedo seguir viéndola, camino rápidamente, mi corazón late salvajemente que parece atravesará mi caja torácica, mi respiración es pausada, y me duele el pecho horriblemente.¡Joder! Me duele hacerle daño, eso no debería pasar, ella no merece nada bueno, ella me traicionó, me mintió, jugo conmigo por años.¡Te odio, Aitana! Eres una puta bruja.Llego a mis aposentos, y tomo la botella de vino que hay en mi buró, con desespero me la empino.Si perderme en el alcohol, y follarme a una puta, eso es lo que necesito para olvidar esa maldita mirada, esos preciosos mares profund
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