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Todos los capítulos de Jugando con fuego : Capítulo 41 - Capítulo 50
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41. Marcando territorio
Dayana no supo cómo reaccionar ante sus palabras, había más de una cosa a la cuál tomarle atención, pero los que realmente le sorprendía eran sus ultimas palabras, ella era consciente que llegaba un punto en que los hijos se marchaban de la casa de sus padres, pero el decir que cuando eso pasara se convertirían en desconocidos se le hacía algo exagerado y al hizo cuestionarse en que tan mal estaría la relación de padre e hijo entre ellos. Ella apenas iba a decir algo cuando la puerta de la casa de abrio de repente, de ella apreció Edgar, su atractivo rostro se encontraba molesto e irritado, atención de Dayana se fue rápidamente hacia el.— Oo.. estas de vuelta... Encargue pizza porque me dio hambre ¿quieres?De mala gana el se acercó a la cocina, Alexander los observaba a ambos mientras comía lo que estaba en su plato, en cuanto Dayana abrió la caja Edgar empujo el cartón para taparla de nuevo.— ¡Demonios Dayana, odio los champiñones! — Si pero a mi me gustan, solo quitáselos y ya,
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42. Cartas sobre la mesa
En lo que Dayana y Esmeralda se toparon en la entrada, dentro de la casa Edgar salió de su habitación aún irritado, llegó a la cocina y tomó el plato con las rebanadas sin verduras.— ¿Y Daya?.– Pregunto al no verla y empezó a comer.— Se fue, estaba muy enojada...— Esa mujer es un maldito ogro— Si tanto te molesta termina con ella, nose porque te complicas demaciado Alexander bebió de su soda, al principió el se sentía algo culpable por lo que había echo con ella, considerando que era la novia de su hijo, Edgar podría ser todo un canalla y merecerselo pero al final de cuentas el no era un hombre de ese tipo y más que fallarle a su hijo se falló a el mismo con lo que había echo, pero con el tiempo se dio cuenta que en verdad se sentía atraído a esa mujer por alguna razón que no comprendía, pero por Edgar no podía acercarse a ella como le gustaría así que le haría las cosas más fáciles si el da el primer paso y la deja, aunque estaba ansioso por ver lo que Dayana le haría también.—
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43. Mujer herida
Al día siguiente muy temprano llegaron técnicos al departamento de Dayana para instalar el aire acondicionado después de 7 horas ya estaba todo listo, se sentó para relajarse en su sillón, llevaba un short blanco y una camiseta azul, de repente su tranquilidad fue interrumpida por el sonido del timbre, se levantó, abrió la puerta y regresó a la sala, Tayler paso y cerró.Llevaba su gorra negra hacía atras muy característica de el, una camiseta de tirantes delgados dejando al descubierto sus fuertes y atleticos brazos, shorts largos deportivos con unos tenis, al ver a Dayana su atención se fue directo a sus piernas, pero se recompuso rápidamente.— ¿Querias verme? .– Tayler se acercó a ella y se sentó a su lado en el sillón.— Así es primero que nada quiero regañarte ¿Como se te ocurre chocar el auto de Edgar? No expongas tu seguridad.El se sentio algo extraño al escucharla..."¿Se esta preocupando por mi?" Empezó a sentir una cierta calidez proveniente de su interior que empezaba a
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44. Peón
Al día siguiente era Lunes, Amanda estaba ansiosa por reunirse con Edgar y contarle lo que había descubierto el viernes que estuvo en casa de Dayana por su cumpleaños; como de costumbre Leonel fue a dejarla a su casa en la tarde y en cuestión de minutos ella pido un taxi para ir a casa de Edgar. El corazón de Amanda empezaba agitarse conforme más se acercaba a casa de Edgar, en los días anteriores el recuerdo de lo que habían echo lo tenía muy presente en su memoria, rechazo cualquier intento de tener intimidad de Leonel por miedo de fantasear con Edgar en el momento y terminar diciendo su nombre. Cuando estuvo frente a la puerta tocó el timbre, Edgar de casualidad endaba en la cocina cuando escucho el timbre, fue al panel al lado de la puerta, la pequeña cámara captó a Amanda parada el frente y volteando a todos lados como una completa paranoica, Edgar sonrió y presionó un botón para abrir la puerta. Alexander estaba en su oficina acomodando unos documentos cuando escuchó el timbr
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45. Mala espina
La tarde de el día siguiente Dayana estaba algo nerviosa caminando de un lado a otro en la cocina, había pedido a Leonel que fuera a visitarla pero sin Amanda ya que quería hablar algo muy importante con el, Leonel acepto y ahora ella no sabía como abordar el tema. Dayana no había olvidado la última platica que tuvo con el doctor Luis, el hombre ya no iba a seguir poniéndole a escondidas la inyección anticonceptiva a Leonel, Dayana pensó que era bueno hacerlo cuando el empezó a salir con Amanda quién sabe si no fuera por eso quizás ya Leonel fuera padre, pero considerando la falta de apoyo de el doctor en esa situación y que ahora la relación entre el y Amanda había escalado a otro nivel les correspondía a ellos decidir si querían hijos y cuando. Así que para no quedar en descubierto sobre lo que había estado haciendo a escondidas de el, dependiendo lo que dijera Leonel se le seguiría suministrando el anticonceptivo o ya no; el timbre de la puerta sonó y el corazón de Dayana empezó
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46. Accidente
Era casi medio día, hacia un día hermoso con el sol en su punto más alto, el calor no era tan intenso como otros días, más sin embrago Alexander deceo estar dentro de casa; estaba en un restaurante en un desayuno de negocios con dos importantes inversionistas. La familia Escalante era la principal potencia en los negocios del país con el mayor número de empresas y con mayores ganancias, al ser Alexander el único heredero de tal imperio tenía un sin fin de cosas que atender diariamente, al tener negocios por todo el país no contaba con una oficina fija trabajaba siempre desde casa en la oficina que tenía dentro de su habitación.Era una suerte contar con trabajadores sumamente eficientes con la suficiente capacidad de resolver problemas sin necesidad de tenerlo cerca a el, aún así cuando alguna empresa o negocio presentaba algún tipo de problemas e irregularidades hiba a atenderlas personalmente; apesar de que tenia un sin fin de empleados estaba considerando seriamente el contratar a
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47. Una razón de existir
Curiosamente Dayana sintió que la preocupación la inundaba por dentro, una sentimiento de impotencia de apoderó de ella, dio prácticamente un brinco de su silla. — ¿¡Alexander?! ¡Esta internado desde ayer! ¿¡Que le paso!? Luis jamás había visto a Dayana perder la compostura de esa manera por alguien que no fuera familiar de ella, podía ver claramente la preocupación en su mirada, se quedo totalmente sorprendido, tardo un poco en responder a Dayana, para ella cada segundo que espero por su respuesta fue largo.— Tranquila, no fue tan grave, un hombre ebrio casi lo atropella cuando el iba saliendo de un restaurante de desayunar, el reacciono rápido y se arrojó hacia un lado, pero aún así se fracturó un brazo y el auto lo golpeó en la cadera, pero por suerte no sufrió ningún daño irreparable.— ¿En qué habitación está? Puedo verlo.— Claro solo tengo algo más que decir hay una mujer a estado con el desde que llego.— ¿Como es ella? .– Dayana pensó en que posiblemente era la madre de Al
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48. Es mi amigo
La pequeña herida en la mejilla de Alexander le recordó una vez hace varios años atrás cuando Leonel se había caído de su bicicleta, eran tan solo unos pequeños, Dayana estaba tan asustada ya que su hermano estaba llorando y no sabía que hacer, una caricia suya en la mejilla lo hizo sesar el llanto y sentirse mejor. Cuando Dayana aterrizó de nuevo en la realidad miro que tenía su mano en la mejilla de Alexander acariciando su piel delicadamente con su dedo índice; ella aparto la mano rápidamente como si la piel de el le quemara, la hizo un puño que acercó a su boca y empezó a toser levemente de una manera algo forzada, sus mejillas se empezaron a teñir un poco de color rosado, Alexander sonrió, pero agachó la mirada para no hacerla sentir incómoda.— ¿Que fue lo que te pasó?Después de aclarar la garganta Dayana dijo lo primero que se le ocurrió, ella ya sabía lo que le había sucedido ya que el doctor Luis le comentó un poco pero sin lujo de detalles.— Ayer hiba saliendo de un desay
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49. Sin miedo
Dayana arrugó la frente y se hizo unos pasos atrás, recordaba que cuando ella se bajó de el autobús este siguió su camino y el hombre frente ella debió de haberse hido también a no ser que se bajaran en donde mismo y ella no se dio cuenta, aunque aún así la idea de que ese tipo pudo quedarse afuera esperando que saliera le puso los nervios de punta y todos los sentidos en alerta.— ¿Si? — Soy Raúl, mucho gusto veníamos en el mismo camión ¿me recuerdas?— Si claro el acosador... ¿Qué quieres? Dayana le contestó con su característica hostilidad y frialdad con la que trataba a todos, el hombre simplemente sonrió pasandolo por alto e ignorando su desprecio por el. — Lo lamento pero me llamaste mucho la atención no todos los días te topas a una chica tan bella como tu en el transporte, lamento si te incomode la discreción no es mi fuerte, soy nuevo en la ciudad me dijeron que había un gimnasio por aquí pero no lo encuentro, ¿Tu sabes donde está?Dayana se quedó seria y pensativa, si sab
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50. Contrincantes
Ambas se sostenían la mirada, pero apesar de que Esmeralda tenía una ira creciente en sus ojos está se fue apasiguando llenandola de incertidumbre al tener frente a ella la mirada fría de Dayana. — ¿¡Te gusta Alexander no es asi?! ¡Me lo quieres quitar!Esmeralda dio un fuerte pisotón al caer en cuanta que la actitud y comportamiento de Dayana se debían a que también estaba tras de ese hombre que ella quería, pero Dayana retrocedió al notar la hostilidad de Esmeralda.— La verdad es que no, te agradecería que me dejaras en paz, desperdiciar mi tiempo peleando con otra mujer por un hombre es algo que jamás haría.— ¡Eso es porque tu no lo quieres como yo! ¡Yo lo amo! Y lucharía por el con quién fuera— Eso es porque yo no estoy enferma de la cabeza, si fuera mi novio o esposo quizás lo haría incluso por un familiar, pero yo no me pondría a pelear con otra mujer por un hombre que no es nada mío, que podría estar conmigo un día así como abandonarme por otra al día siguiente, si eso pasa
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