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Todos los capítulos de Mi jefa es una loba: Capítulo 31 - Capítulo 36
36 chapters
Capítulo 30. Lo encontré
-¿Mi hermana? Apenas es una adolescente… No… No es correcto…Kairon se puso de pie y se acercó amenazadoramente. Elan pudo ver que su cabello se erizaba. Su beta, Baltic, que había permanecido en silencio entre las sombras, también se acercó a la luz.-Creo que te olvidas con quién estás hablando. Fuimos nosotros los que invadimos tu manada hace años… ¿Olvidas lo que hicimos?Una oscura y cruel risotada resonó en la sala.-Si lo olvidaste, apuesto a que tu madre puede refrescarte la memoria…El joven dudó. Su ira crecía, pero apretó los dientes. No era capaz de enfrentarse al líder rival.-Yo… no me olvido… Pero eso… Eso no. Es un crimen contra la Diosa… El castigo es real… No son cuentos de miedo de los que se dicen para asustar a los jóvenes. Hay datos históricos que lo prueban, manadas diluídas en el tiempo…Mientras Kairon volvía a reír con estruendoso cinismo, Baltic no creía que fuera un invento de los ancestros. No era un secreto que su alfa carecía de descendencia, que el male
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Capítulo 31. Al abrigo de la noche
El entrenamiento era agotador.A cada minuto, entre transformación y transformación, sentía que desfallecía, que se desgarraba por dentro hasta los huesos, y una parte de su humanidad se perdía para siempre… nunca sería el mismo.Gabriel, en su calidad de híbrido, debía sufrir mucho en el camino a liberar por completo su potencial licántropo. Y ese camino no estaba exento de dolor.Sus compañeros de entrenamiento eran de diferentes edades, pero todos ellos tenían algo en común: eran licans puros que practicaban y se preparaban para la batalla desde hace mucho más tiempo que él.Así que, aunque para cualquier estándar que él había conocido hasta entonces, Gabriel se consideraba fuerte y resistente, en ese momento era difícil no sentir dudas sobre cómo terminaría aquello.Sin embargo, cuando llegó el final del primer día, el híbrido había avanzado extraordinariamente, no sólo en fuerza y resistencia, si no también en su conocimiento de cada uno de los miembros de la manada y sobre el c
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Capítulo 32. ¿Dónde estás, Selena?
Un humo denso se propagaba paulatinamente en las habitaciones de la mansión central, pero este no era el único foco de incendio.Las grandes explosiones habían estallado con cronometrada precisión, en diferentes puntos del territorio de la manada, y los licántropos de Noche Nueva, bien entrenados, actuaban y se desplegaban con rapidez, atacando el fuego y neutralizando a los pocos invasores de los que Kairon había decidido prescindir.Para el alfa rival, algunos soldados eran descartables.Y aunque este movimiento era estratégico, ni siquiera se dignaba a hacerlo en persona. Tenía otros planes. Además, no se caracterizaba precisamente por ser valiente.No hacía más que un par de horas que el Alfa Blanco había salido de viaje, uno que prometía ser breve, y que Selena dormía sola en la cama, aún envuelta con sus aromas, desnuda y apaciguada.Era difícil dormir con los mellizos creciendo deprisa, pero esa noche había sido de las buenas.Cuando escuchó el ruido, se levantó tan rápido com
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Capítulo 33. Correr, siempre correr
La mujer loba se vistió de prisa cuando la puerta se abrió de golpe.Pocas interacciones había tenido con el licántropo frente a ella, ninguna de ellas memorable, pero recordaba bien ese olor.Selena le habló con calma, pero retrocediendo ante la duda:-¿Eres su Gamma, verdad? El de Erik…El hombre sonrió con desprecio.-¿Ni siquiera me valora lo suficiente como para decirte mi nombre? Ya veo por qué no me llevó con él esta vez… Soy Graham…La mujer respondió mientras daba otro paso hacia atrás:-Lo siento, Graham… Estoy segura que te dejó aquí para protegernos…Él se rió con estridencia, una carcajada que reverberó en las paredes. -Ese será su error… Estoy cansado. Cansado primero de correr tras de tí, para que luego te dejara escapar sin castigo. Cansado de vivir detrás de un tesoro inútil. Cansado de ser su perro faldero, a cargo de mandados sin importancia…Ella negó con la cabeza.-Cuidarnos es importante… Somos familia…-No son nada. Tú, su familia y todo este clan, caerán en e
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Capítulo 34. La última batalla
Cuando Gabriel se tranquilizó, y a pesar de la inquietud que le producían los olores de esa habitación, fue más fácil rastrear a Selena. Lo más alarmante era que no estaba sola.Mientras saltaba por la ventana y comenzaba a correr detrás de su rastro, se sentía culpable por haber bajado la guardia, a pesar de cuánto sospechaba de Elan y de que hubiera más traidores.Sin embargo, a cada zancada veloz, podía sentir que el entrenamiento, en apenas un día, había rendido sus frutos.En la distancia, vio que Elan corría fuera de los límites de Noche Nueva, seguido por Nika. Pensó en seguirlos, para ver qué tramaban, pero Selena era mucho más importante para él en ese momento. Luego resolvería ese asunto.Sus instintos le decían que estaba cada vez más cerca. Podía sentir en el aire la electricidad que lo recorría en cada ocasión en que la mujer que amaba, su compañera destinada, estaba a su lado, pero no sería tan sencillo.De la nada, surgido entre los arbustos, un licántropo desconocido
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Capítulo 35. La venganza de la licántropa
Nika avanzaba meditabunda.En principio, no tenía ningún plan para sus siguientes pasos. Sólo sabía que su hija estaba segura, que la incursión enemiga había sido dominada, y que, en pocos minutos, ella y su hijo mayor estarían cara a cara con el origen de sus pesadillas.Elan la seguía en silencio. Le había fallado a Kairon, pero al observar a su madre pensó que, tal vez, la licántropa no era una mala opción. Quizá, si la necedad no cegaba al alfa de Luna de Plata, él también sería capaz de ver en Nika a una compañera, una buena madre de cachorros sanos. Después de todo, ya le había dado hace mucho tiempo a un primogénito, aunque no fuera valorado.A medida que se adentraban en terreno enemigo, las miradas comenzaron a incomodarlos, y pronto eran seguidos de cerca por una pequeña comitiva.Muchos reconocían al traidor, Elan, quien ya había estado entre ellos muchas veces en el pasado. Pero nadie sabía quién era la licántropa hermosa que lo acompañaba. Por tanto, no impidieron su pa
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