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Todos los capítulos de La amante contratada del CEO: Capítulo 91 - Capítulo 100
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19. Divorcio
La alarma suena y Maite se coloca la almohada en la cabeza, no se quiere levantar y mucho menos ir a ese estúpido viaje.Apaga la alarma y se levanta para meterse al baño, a ver si una ducha hace que su ánimo mejore un poco.—Buenos días —saluda a sus padres sentándose con ellos a desayunar.—¿Tienes todo listo para el viaje? —en momentos como ese le gustaría tener alguna especie de varita mágica para arreglar las cosas.—Creo que sí, revise todo como unas tres veces —le responde sirviéndose un poco de café y una tostada.—Como un poco más, he notado que últimamente no has comido bien, no quiero que te enfermes —Mía le pide preocupada por su hija.—Cuando baje del avión como un poco más, no me gusta viajar muy llena.Mía la deja tranquila confiando en su hija, solo espera que después que todo esto pase, no termine con una anemia.—Disculpen —entra una de las chicas de servicio— el señor Carusso busca a la señorita Maite.Maite deja escapar un gran suspiro y sale del comedor como si fu
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20. Italia
Maite y Ángelo se encuentra sentados frente a frente durante todo el vuelo en el jet privado, mientras que el escolta se encuentra a una distancia prudencial de ellos.Ángelo le tomó de sorpresa el escolta cuando llegaron al aeropuerto, no esperaba que tuvieran compañía durante el viaje.—No sabía que una escolta como él te pudiera intimidar —comenta con burla, cerrando los ojos nuevamente.—No esperaba que necesitara supervisión afuera del país, supe que eres una chica un tanto problemática, pero no que las cosas las llevarán tan lejos.Ángelo hace una pausa para recibir el café que mando a pedir, por parte de la azafata.—En Italia contamos con suficiente personal de seguridad, al ser una de las familias más reconocidas en el país, nuestra seguridad no es tomada a la ligera. Así que no era necesario que llevaras a un estadounidense de escolta.—Solo confío en los míos, es una agencia que lleva trabajando con nuestra familia desde mucho antes de yo nacer, no vamos a cambiar nuestras
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21. El viñedo y las tradiciones
Maite se le queda viendo tratando de descifrar si tan solo se está vengando de ella en una mala broma o si realmente compartirán habitación. Ángelo abre la puerta para ella y la anima a entrar, cierra la puerta tras él, viéndola saltar por lo que instintivamente una sonrisa se asoma en sus labios. —¿Qué pasa? ¿En una habitación te conviertes en una dócil gatita? —eleva una de sus cejas, esperando una respuesta de su parte. —No, es que pensaba que ustedes se tomaban muy en serio las tradiciones —mantiene la calma, sin dejar ver ni una pisca de la batalla interna que tienen en ese instante. Se gira sobre sus talones recorriendo la habitación con la mirada, no ve sus maletas por ningún lado, por lo que empieza a abrir puerta en busca de su vestidor. La primera en abrir es un baño bastante amplio y junto a este, esta otra puerta y ve toda su ropa allí cuidadosamente guindada y organizada. Se percata que solo hay ropa de ella. —Sal de mi habitación —le ordena—, necesito ducharme para
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22. Necesito tu ayuda
Capítulo 22Maite se encuentra sola en la casa, así que decide darse un recorrido por el lugar ya que lo único que conoce es el comedor, su habitación y el jardín, el resto de esa enorme casa es desconocida para ella.Un pasillo por el lateral de las escaleras principales llama su atención, así que decide empezar su recorrido por allí, parece muy vieja esa zona de la casa, como si esa parte fuese la casa original y todo lo demás se haya construido recientemente.Ve fotografías de personas antiguas, por las inscripciones debajo de cada cuadro, llega a la conclusión de que son miembros antiguos de la familia, por lo que empieza a detallar uno a uno sus nombres, llamándole la atención un par, siente que ha leído o escuchado sobre ellos en algún sitio. Saca su teléfono rápidamente tomando una foto para luego investigar más.Empieza a ver puertas de lado y lado, enormes en maderas con cerraduras ya oxidadas haciéndolo recordar aquellas películas medievales que Chris la hacía ver.A medida
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23. La Barbie y el Diablo
New YorkDesde que Maite salió hacia Roma, Marcus no ha dejado de ir al club, bien sea solicitando los servicios del lugar o atrapando a alguna chica que se le ofrezca en bandeja de plata, pero sin importar la mujer, no consigue saciedad y es algo que ya lo tiene al límite.—Buenas noches amigo, hacía mucho tiempo que no te veíamos tan seguido por aquí ¿acaso estás pasando alguna mala racha?Le pregunta uno de los chicos que atiende en la barra y él que se ha encargado de atenderlo los últimos días.—Lo que se supone que sería algo sencillo, con el pasar de los días se me esta complicando.—Entonces esta noche estas de suerte, porque te tengo noticias, Barbie ha llegado otra vez, solo estará por esta noche si quieres puedo conseguirte un par de horas con ella y así retoman lo de ustedes, como en los viejos tiempos.Le sugiere, conociendo su pasado y su gusto por esa chica en particular.—Estaré en la zona VIP, que me busque allá.Marcus agarra su bebida y se va a la zona privilegiada
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24. A flor de piel
Maite retrocede al mismo tiempo en que él empieza a avanzar hacia ella, sintiendo su corazón latir con fuerza.—Así que un recuerdo no, dime una cosa ¿quién es el hombre que está en ese recuerdo? —aprieta los dientes con fuerza, encerrándola entre sus brazos para que no pueda escapar.Maite traiga grueso, ve a los lados en busca del escolta, se supone que no la dejaría sola con ese hombre.—Lo he dejado afuera, así que solo somos tú y yo, ahora responde —le exige con impaciencia.—No tengo por qué darte explicaciones de nada, además ¿qué piensas hacer? ¿Acaso vas a ir a matarlo, lo vas a secuestrar? —sus palabras salen mucho antes de poder analizar lo que dice. Lamentándolo después.—¿Tanto te importa ese hombre que temes lo que yo le pueda hacer? —Ángelo ríe viéndola con burla, con rabia y con deseo de poder dominarla, tenerla bajo su control— el que lo secuestre y lo mate será la menor de tus preocupaciones, pero tranquila, cuando lo tenga bajo mi poder, te dejaré estar presente y e
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25. Lo siento
Maite sale tomada de la mano con su mamá, encontrándose de frente con Marcus no esperaba que él estuviera allí, por lo que sería voltea a ver a su madre haciéndole aquella pregunta silenciosa.—Pensé que te gustaría verlo sin necesidad de esperar hasta mañana, ve a saludarlo, que yo lo distraigo —se suelta del agarre de su hija e intenta volver atrás.—¿Mamá te estás volviendo loca? ¿Cómo hace este tipo de cosas? Es un viejo, no deberías…—Prefiero a este viejo —señala con disimulo a Marcus— que aquel.Mía vuelve a dentro interceptando a su esposo y a Ángelo.Con mucho cuidado Maite se quita el anillo, por nada del mundo quiere que él lo vea, aunque no entiende exactamente porque siente esa necesidad de ocultarle aquello a él, al fin y al cabo no son nada.—Gorila —se detiene un par de pasos.—Mocosa —le responde de vuelta.Ambos intentan ocultar una sonrisa.Mía intenta interceptar a Ángelo, pero este simplemente sigue su camino ignorándola.Ángelo está por cruzar las puertas doble c
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26. Rumores
Capítulo 26—Si no me detienes en este instante, no habrá vuelta atrás —su respiración es entrecortada.—No deseo que te detengas.Maite relame sus labios deseando seguir, llegar lejos sin importarle que luego se arrepentirá de ello.—Te vas a quemar, te voy a marcar y luego me odiaras tanto que no podrás cerrar los ojos por la noche.Le advierte, aunque por dentro muera por tenerla debajo de él.—No me importa, si es en tus brazos.Maite lo agarra de la corbata atrayéndolo a ella, uniendo sus labios nuevamente, sin permitirle escapar, profundizando más el beso hasta que de golpe Marcus la aleja, caminando lejos, poniendo más distancia entre los dos.—Esto es una locura, no soy la persona que crees. Yo… no puedo.Maite se baja del escritorio acomodándose la ropa caminando hacia él, necesita entender qué sucede.—¿Si me lo explicas? quizás pueda entender.Le pide deteniéndose frente a él.—No, no puedo arrastrarte a mi dolor, a mi pesadilla, no puedo ponerte en medio, no puedo hacer qu
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27. Todos lo saben
Maite sale dispara en busca de Katia, esta vez no la dejaría salirse con la suya y burlarse de ella como lo hizo en el pasado, esta vez la haría pagar.Entra al ascensor, pese a que Mery la llama, intenta darle alcance, pero las puertas se cierran antes de poder evitarlo.Maite respira profundo repetidas veces, cuenta hasta cien y vuelve a dar otra respiración profunda, pero su ira no se disipa.Mery se va inmediatamente a la oficina de su jefe informándole que ya Maite se ha enterado, Marcus y Gerard salen a toda prisa.—Buenos días señorita Walker —la saluda Clarisa en cuanto la ve entrar.Maite sigue de largo, ignorándola por completo.—¿A ocurrido otro problema? Le juro que he revisado personalmente cada documento que ha salido de este departamento —la sigue nerviosa al no obtener respuesta de su parte.—Si hay un problema y uno bien grande —Maite se detiene de golpe—, el año anterior cuando estuve a su cargo, recuerdo que no nos dejabas respirar, nos exigías al máximo, no dejabas
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28. La información se filtro
La tensión en el ambiente es palpable. Gerard ve la desesperación en Diego y las ganas de Maite de huir, por lo que decide hacer algo para acabar con ello.—Nosotros nos vamos para que ustedes puedan conversar —Gerard agarra a Mía sacándola de allí.Maite busca la forma en que su madre no la deje, realmente no quiere enfrentar a Diego ahora, no después de lo que ha pasado.—Lo siento Diego, pero no es un buen momento, ven mañana si es tan importante.Maite da media vuelta para dirigirse a las escaleras, cuando siente que alguien la agarrada por el brazo impidiendo que dé un paso más.—No me evites, de verdad quiero arreglar las cosas entre nosotros —le pide con ojos suplicantes.—No hay nada que arreglar Diego, tan solo fue un malentendido, seguido siendo amigos —concluye con la esperanza de que deje las cosas como están.—Maite, por favor, solo dame una oportunidad —se acerca un poco más a ella agarrando sus manos— permíteme demostrarte que podemos ser más que solo amigos, que esto v
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