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Abstinencia
- Esto es incómodo – Lara se miraba las manos.- Tomate tu tiempo, nadie está apurado – la tranquilizó Mauricio, ocupando el asiento de Dante en la oficina completamente blanca.La noche comenzaba a entrelazarse con el día antes de reemplazarlo por completo y las luces cálidas le daban un aspecto totalmente diferente a esa habitación. De ser una oficina minimalista y completamente blanca, a esa hora, lucia como un espacio realmente confortable. ¿Qué tan relativo puede ser el tiempo?“Tu tiempo”El tiempo de Lara siempre funcionaba más como un temporizador que otra cosa, siempre con el tiempo justo.El primero de cada mes hay que pagar la cuota de la escuela, los diez se vencen los impuestos y la tarjeta de crédito cierra el veintitrés, así que su tiempo se medía en “Tengo que pagar esto antes del fin de semana y tengo cinco días para pagar aquello o cortan el servicio”, igual que un temporizador. El de Dante era un reloj de arena, con una medida determinada para cada cosa y un flujo
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Ejercicio 3: "Roces estimulantes"
Dante se lanzó sobre sus labios con ese fervor que hacía vibrar cada una de las moléculas de Lara.En su avance, la obligaba a retroceder, paso a paso, hasta la habitación. Sus manos, tan blancas y prolijamente cuidadas, se sentían calientes contra su piel cuando la tomaba por la nuca.Su boca, siempre llena de palabras de amor para ella, abarcaba la boca de la joven por completo.Para cuando llegaron a la cama, los dos estaban librando una batalla sin armas. Entre las cortinas de gasa que colgaban alrededor de la cama, ninguno oponía resistencia real. - Dijiste que aceptarías no tener sexo por dos meses – murmuró Lara, deslizándose sobre la cama hacia la cabecera. - No juegues con fuego - le advirtió, con la mirada oscurecida por el deseo. - ¿Me quemaré? Dante apoyó una rodilla contra el borde de la cama y se reclinó sobre ella, con ambas manos a los costados de Lara - ¿Quieres arder? - le preguntó. - ¿Cómo planeas hacerme arder? - lo tentó - Si no podemos tener sexo... - Se
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