Mirar las noticias no lo estaba ayudando y las vídeo-llamadas con su madre mucho menos. Optó por mantener la calma y relajarse. El mundo se encontraba en un inminente caos, pero él poco y nada podía hacer.Los días mutaron a semanas y, lamentablemente, el virus parecía no dar treguas. Muchas personas contrajeron la enfermedad, algunas se encontraban bajo estricto cuidado médico, otras lo llevaban un poco mejor y otras, bueno, no lograron sobrevivir.Nunca imaginó que algo así, una pandemia, pudiera ocurrir en la actualidad y era agobiante no tener idea de cuándo la humanidad volvería a la normalidad.Si hubo noches en las que lloró por la situación, bueno, nadie tenía porqué saberlo. Si hubo días en los que solo se dedicó a cavilar en su pasado, cuando aún podía salir, ir a la universidad, ir a bares, bueno, tampoco nadie tenía porqué saberlo.Todo era desesperante y si le deba riendas suelta a su mente, sería nefasto. No podía darse el lujo de deprimirse y buscó formas y maneras de e
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