Pocas son las señales que entiendo, y una de ellas es mi crisis de ansiedad, una crisis que siempre he cuidado que nadie tuviera que ver.Recuerdo que Benjamin fue uno de los pocos que presenció cuando acabé perdiendo el control. Recuerdo que me agarró de las muñecas porque se movían solas haciendo que mis uñas se clavaran en mis piernas.La sensación que tengo ahora es que voy a explotar. No sé qué coño está pasando, pero sé que soy como una olla a presión.— ¿Por qué has tardado tanto?Temblando, congelado, hasta que aparece la persona "misteriosa", provocándome un entumecimiento en los pies, como si me estuvieran masticando la carne.— Sólo llevo treinta minutos de retraso y tú —se detiene, se para de repente—.Yo también."No, no puede ser..."Atlas y Adam, que llegan ahora, no pueden entender por qué los dos estamos inmovilizados mirándonos fijamente, Thomas y Lucian, en cambio, nos miran esperando que estalle una bomba en medio de la oficina.— ¡Por fin! — dijo intentando romper
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