BENJAMÍN Las mujeres, por otro lado, son como el diablo. Planifican, diseñan cada paso, seducen, detienen a la víctima con la mirada. Cuanto más poder tienen, más saben cómo esparcir su veneno atrayendo a quienes los rodean. Es entonces, cuando menos te lo esperas, que cierran la boca, como una planta carnívora que todo el tiempo se limita a soltar su perfume por callarse.— ¡Envuélvete en la sábana y vámonos!La diferencia es que no soy un vampiro cualquiera. Odio los juegos y más a los que me insisten. Entonces, si Mila decide jugar quién es la más fuerte, le mostraré quién es su creador. (...) Llegamos al sótano y caminamos en silencio hasta el coche. Le pedí a Peter que fuera a la mansión en taxi, pero dijo que necesitaba volver al Palacio y
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