Astrid miró a su esposo con una mezcla de sorpresa y diversión. No podía creer que él fuera tan inocente y crédulo. ¿Cómo podía pensar que eran pobres solo por una mentira que ella le había dicho a su hijo? ¿Y cómo podía ofrecerle papas fritas y batidos de leche como si fueran el mayor lujo del mundo?Sin embargo, también sintió un poco de tristeza y frustración por él. A pesar de su amnesia y su confusión, él seguía siendo un hombre trabajador y responsable, dispuesto a hacer cualquier cosa por su familia. Pero también seguía siendo un hombre distante y frío, que la trataba como a una enemiga y que se casó con ella solo por obligación a su hijo.Ella lo amaba con todo su corazón, pero él no podía recordar nada de su vida anterior. No podía recordar cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cómo se casaron, cómo nació su hijo. No podía recordar todos los momentos felices y difíciles que habían compartido. No podía recordar que ella era su esposa, su amiga, su cómplice, su alma gemela.D
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