UNA SEMANA DESPUÉS. —Por fin en casa —olí el aroma a hogar que tanta falta me hacía. Una semana he pasado en el hospital, incómoda en esa cama, extrañando todas mis cosas. Tuve que tener varias sesiones de terapia para superar ese incidente. Creo que poco a poco lo lograré. —¡Bienvenida, mamá! —exclama Nathan, corriendo hacia mi para abrazarme. —Gracias, cariño. —Te he preparado lo que tanto te gusta para comer, has estado una semana comiendo cosas blandas y aburridas. Supongo que tienes hambre de comida de verdad. —No te imaginas cuánto. El timbre sonó en ese momento, me pregunto quién será. —Yo abro —dijo Nathan, yendo a la puerta.—Entre tanta cosa olvidé decirte algo importante—Nate parecía serio, eso no me gustó para empezar—Estuve revisando atentamente los perfiles de las niñeras, sus anteriores trabajos, sus referencias etc y la única que cumplió todo fue... —Sabrina —murmuré, mirando detrás de él a la chica sonriente. —Buenos días, señora —me saludó—Supe lo que le pas
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