CAPÍTULO 80. Tres anuncios
Rafael: Al asegurarme que fueran llevadas a la Ciudad, hablé con mi hermana y tía Anastasia, para que sirvieran el almuerzo en el comedor principal, porque había mucho que celebrar. Luego, subí a mi habitación, me bañé, bajé vestido con ropa casual, para anunciar las buenas nuevas. Reunidos todos, en torno al inmenso comedor, tomando a Sofía de la mano, les informé que haría tres anuncios: —¡Familia! Deseo comunicarles, que mi Sofía, ha recuperado la memoria, gracias a Dios —agradecí y se escuchó un aplauso de parte de todos. Mientras ella, ayudaba a Rafael Enrique a comer la merluza, que habían servido como plato principal. —¡Dios mio, gracias! —oró Estefanía, abrazando a su hija. Mientras sus trillizos y los gemelos nos miraban sin comprender lo que pasaba. —¡Sí, madre! Gracias a Dios —expresó ella, con una sonrisa, contemplando de nuevo a sus hijos. —¡Excelente! Sofía, me alegro mucho por ti —brindó tía Anastasia. Ella elevó su copa en señal de brindis, se levantó de su silla
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