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Todos los capítulos de Un Trato Con La Bestia: Capítulo 61 - Capítulo 66
66 chapters
Capitulo Sesenta
Nadie conoce a la verdadera bestia, desconocen al monstruo en el que me convierto cuando la dueña de mi voluntad es amenazada. No tienen ni idea de que no me importa mandar al mundo a la mierda con tal de mantenerla a salvo. DominicDespierto algo desorientado, es como si mente saliera de una nebulosa espectral que me mantuvo sumido en una oscuridad profunda. Tal vez fue un mal sueño. Me remuevo en la cama y siento un cuerpo pegado a mí, su calor me reconforta. ¿Hay alguien en mi cama? Imposible, a menos que también haya sido un sueño, que Atenea se fue de la casa.Abro los ojos y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación. Me incorporo rápidamente y también me doy cuenta de que estoy completamente desnudo, del nido de sabanas se levanta una cabeza con el cabello rubio, me mira y se sonríe con cinismo al tiempo que se descubre y me deja ver que también está desnuda.»Esto es una maldita pesadilla.Recojo mi ropa de donde la encuentro tirada y empiezo a vestirme negándome a enfren
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Capitulo Sesenta y Uno
Has hecho conmigo lo que nadie ha conseguido, me has convertido en un simple cachorro: obediente y complaciente. Dispuesto a menear la cola cada vez que tus ojos me miran con tal de verte feliz.Horas antes…DominicMe preparo para ejecutar la idea que se lo ocurrió a mi jefe de seguridad, luego de haber recibido la llamada de una tal Esmeralda me comunique con él para informarle de la situación. Su plan consiste en que asista a dicha reunión y lleve conmigo uno de mis dispositivos de localización, de ese modo él podrá saber mi ubicación, no obstante, me preocupa el hecho de que las cosas salgan mal y no pueda volver a ver a Atenea.—Señor, ya lo tengo anclado, para evitar sospechas, lo ideal es que usted asista sin chofer, yo estaré cerca aunque no podrá verme —dice Finnegan sacándome de mis pensamientos—, con esto podre saber si se encuentra bien, estas son sus vitales. Tiene que controlarse, tiene el pulso algo acelerado —señala.Ruedo los ojos y dejo salir aire de mis pulmones, as
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Capitulo Sesenta y Dos
La necesidad brota en nuestro interior: hambrienta y descontrolada. DominicMe pierdo por completo en este momento, en su presencia, en toda ella. El mundo se desvanece a nuestro alrededor mientras las manecillas del reloj se detienen y nos otorgan la eternidad en este momento tan sublime, sus lágrimas mojan mi camisa a la vez que su cuerpo se estremece convulsivamente envuelto en mis brazos.El corazón me duele, me cuesta respirar. Lo que ella siente por mí es tan grande que no me siento merecedor de un amor tan inmenso y tan puro. Pero juro por mi vida que lucharé cada día para ser digno de ella, de esta oportunidad que me brinda para ser feliz a su lado. Me ahogo con la idea de un futuro en el que nada pueda quebrantar el lazo que nos une.—Estaba muy asustada —confiesa con la voz ahogada.La oprimo aún más contra mi pecho y aspiro el olor de su pelo.—Nada puede conseguir que yo no vuelva a ti —digo deseando ser todo lo franco posible—, tú eres mi norte, mi sur, mi camino, mi hor
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Capitulo Sesenta y Tres
El mundo se detiene cuando los secretos salen a la luz y me siento culpable al tener tu mirada puesta en mí exigiendo la verdad. Una verdad que puede hacer que te pierda.DominicLas palabras de Finnegan son como un relámpago que abre una brecha entre los dos. Su mirada me dice tantas cosas, me hace tantas preguntas, puedo ver la lucha que se desata en su interior. Sé que debí contarle hace mucho, pero el miedo a que eso provoque que pierda a nuestra hija me ha detenido. No he querido ser egoísta, había pensado decirle lo que sucedió con su hermano luego de que diera a luz, pero ahora es inevitable.Me es difícil no mirarla lleno de culpa, le estoy ocultando algo que es importante para ella, sobre todo luego de lo que me confesó. Sus ojos me exigen la respuesta a una pregunta que no se formula con palabras, bajo la mirada, buscando llenarme de valor.—Lo siento, quería decírtelo, pero entonces tu embarazo…—¿Está muerto? —tartamudeo.Trago saliva.—Sí.—¿Fuiste tú?Desvío la mirada un
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Capitulo Sesenta y Cuatro
Bajo el embrujo de tu mirada, la atmosfera adquiere los más hermosos colores, tonos tan intensos y vividos que la apreciación de una simple mortal como yo, no le hace justicia.AteneaNo sé cómo sentirme con todo lo que ha sucedido, la muerte de Alberto no me causó ningún tipo de emoción, es como si me hubiese vuelto insensible después de haberme enterado de todo el horror en el que viví. Tenía una venda en los ojos, consideraba que tenía la vida perfecta y no fue más que un engaño.Me siento vacía por dentro, incapaz de expresar cualquier tipo de emoción, solo el amor de Dominic me da esperanza, ¿Pero será suficiente eso para mantenernos unidos?Siempre creí que mis padres eran los mejores del mundo y siempre desee ser como mi madre, desee con todas mis fuerzas enamorarme de un hombre igual a mi padre, pero ahora todos esos sueños y anhelos me causan asco.>>No puedo ser igual a ella, jamás lo seré —Elevo la mirada al cielo tratando de traspasar las barreras de la eternidad, sin emba
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Epilogo
Cada noche con tu cuerpo debajo del mío maldigo al cielo, el no poder amarte más de lo que ya lo hago. Ansió derramar mi sangre sobre ti para poder demostrarte que en cada molécula y en cada átomo se encuentra escrito tu nombre. Anhelo poder hallar un modo único de hacerte ver qué en tus manos tienes mi vida y mi muerte.Atenea Las luces sobre mi cabeza brillan intensamente, me siento cansada, como si un tren entero me hubiese pasado por encima, solo quiero cerrar los ojos, nunca pensé que esto fuese tan difícil. De nuevo el dolor se propaga por todo mi cuerpo, una nueva contracción que me hace pujar con todas mis fuerzas.—¡Vamos cariño, tú puedes! —Dominic está a mi lado, sujeta mi mano con fuerza.Su mirada está llena de miles de emociones.—Eres muy fuerte mi amor —dice esta vez acercando su frente a mía.De nuevo gimo y apretó su mano cuando una nueva contracción aparece.—Un poco más, ya tengo su cabeza —dice la doctora en medio de mis piernas.El sudor me corre a chorros desde
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