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Todos los capítulos de Un Trato Con La Bestia: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capitulo Cuarenta
Me pierdo en la dulce agonía de tus caricias, en timbre ronco de tu voz y en la sublime caricia de tu mirada puesta en mí. Amarte es poco y nada en comparación de lo que me haces sentir.Atenea Las cosas han cambiado mucho entre Dominic y yo, ya no es necesario fingir delante de las demás personas, lo que demostramos ante los demás es totalmente genuino, en la gala de beneficencia todo el mundo se nos quedaba viendo, no podían creer que de verdad hubiese amor entre él y yo. No faltó quien comentara algo sobre el desprecio de mi padre hacia mi esposo o criticara nuestra unión tan prematura sin antes haber dado a conocer el noviazgo.Más de uno coincidió en que resultaba muy sospechoso, no obstante Dominic y yo ignoramos cualquier comentario negativo y nos dedicamos a disfrutar de la velada del mismo modo en el que hemos hecho cada noche desde que decidí abrirle mi corazón por completo, tal vez sea muy pronto para dejar ir los miedos y confiarme por completo de su palabra, pero la verd
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Capitulo Cuarenta y Uno
El beso de la traición, ni siquiera Judas, llego a ser tan hipócrita. Te odiaré del mismo modo en el que llegue a amarte.DominicLos últimos días al lado de Atenea han sido increíbles, nunca me había sentido de esta manera, ni siquiera tengo palabras para describir este sentimiento que me llena de paz, de libertad, de plenitud. Hacerle el amor cada día es un vicio del que me declaro totalmente adicto, me fascina ver como todavía intenta cubrirse para que no la vea, ahora me doy cuenta de que no pude haber estado más equivocado al cuestionarme por mi atracción hacia ella.Atenea lo tiene todo, aunque de verdad se me hace extraño que quiera ocultarse de mí, que sienta vergüenza de su cuerpo, cuando es obvio que antes de mí había tenido alguna experiencia, odio la idea de no haber sido el primer y único hombre en su vida, claro eso no cambia mis sentimientos hacia ella, pero me obliga a esforzarme más cada día para borrar la huella de cualquier recuerdo que pueda tener del imbécil con e
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Capitulo Cuarenta y Dos
Deje el orgullo atrás por complacerte, por creer que así serias mía, pero ahora me doy cuenta de que no me perteneces y que solo juegas a ser la inocente cuando eres la única culpable.DominicMe quedo en mi sitio viendo cómo se marcha dándose de ofendida cuando fue ella quien fallo en esta relación, creí que las cosas estaban mejorando entre los dos y ahora me dice que está embarazada, me fue infiel y aunque la ame con todo lo que soy no puedo perdonar su traición, no podría vivir a su lado temiendo que en algún momento ella pueda volver a engañarme.No sé cómo pude dejarme engañar por su cara de niña buena, con esto me demostró que es mucho peor que yo, no voy a negar que yo no soy ningún santo, pero al menos sé cuándo debo detenerme y reconocer mis límites, en cambio, ella sobre paso la línea de lo permitido. Es bastante lista al querer meterme a su bastardo como mi hijo, inventar que abuse de ella la noche que me dieron esa droga es bastante conveniente, no recuerdo que fue lo que
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Capitulo Cuarenta y Tres
Cuando la muerte toque mi puerta para pedir tu vida, te juro que sin importar tu traición entregaría la mía a cambio de que tus ojos no se cierren nunca.DominicEl líquido de la botella se disminuye muy rápido, por lo que pido que me traigan otra, las horas se tornan tormentosas a medida que imagino como disfruta en brazos de su amante, escucho sus gemidos, retumbar a mi alrededor cada vez que cierro los ojos y la imagen de su cuerpo desnudo resplandece delante de mí con las gotas de sudor resbalando por su piel mientras las manos de otro hombre se cierran en su cintura.—Juro que haré que pague por su traición, la voy a dejar en la ruina, convertiré toda su herencia en polvo —musito antes de tomar su violín y lanzarlo con fuerza hacia una de las paredes.El instrumento se rompe, pero no me es suficiente, por lo que tomo uno de los pedazos y de nuevo golpeo repetidas veces hasta que finalmente salta de mis manos, totalmente inservible. Miro en el piso los fragmentos de la madera y si
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Capitulo Cuarenta y Cuatro
Miedo, decepción y angustia estremecen a mi cuerpo, pero el deseo de que tus brazos sean los que me protejan logran mantenerme estable en medio de esta tormenta.Atenea El miedo me mantiene paralizada al tiempo que un escalofrío me recorre la espina dorsal de arriba abajo, no puedo creer que esto me esté pasando, no debí haberme ido sola, sin importar lo molesta que estaba, tuve que quedarme con los custodios y no comportarme como una malcriada y menos ahora que no es solo mi vida la que está en riesgo. Es mi culpa todo esto que está pasando, solo espero que Dominic quiera rescatarnos, que deje de lado su orgullo y se dé cuenta de que nunca le he mentido.Por favor, señor, te lo pido, ayúdame a que el amor que sentimos el uno por el otro sea mucho más fuerte que las dudas y los miedos, ayúdame a regresar a su lado, ayúdame a que este bebe y yo podamos ser feliz al lado del hombre que amamos.—Hermanita, te dije que me ibas a pagar lo que habías hecho —susurra Alberto.Giro la cabeza
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Capitulo Cuarenta y Cinco
De las aguas resurgiré con el alma destrozada y sin fuerzas para amar. La mentira me ha demostrado que es la reina de la realidad, de mi realidad.AteneaTermina de limpiar todo el vómito de mi ropa, aunque no hay mucho que pueda hacer con el hedor, nunca había visto a mi hermano ruborizarse y ahora me cuesta asimilar que mientras estuvo pasando la toalla mojada sobre mi pecho, sus mejillas estuviesen totalmente coloradas. Es ilógico, lo he visto con mujeres, de hecho lo encontré en una situación bastante explícita en mi oficina y no creo que se deba al hecho de que somos hermanos.Es evidente que nunca le ha importado, aunque su confesión me deja confundida. Alberto posa sus ojos sobre mí y me sonríe como nunca antes lo ha hecho y posteriormente me quita la mordaza.—Él no quería que te protegiéramos, decía que tú también debías pasar por lo mismo para que te dieras cuenta del padre que nos había tocado, pero yo no quería que pasaras por lo mismo, creo que es la única vez que he sido
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Capitulo Cuarenta y Seis
El tiempo no existe entre los dos, todo parece quedarse detenido en el espacio cuando te tengo en frente y tus ojos negros se cruzan con mi mirada. Te amo y te amaré más allá de la eternidad.Atenea El agua ha cubierto una parte de la habitación, ya me alcanza la mitad de las piernas, sé que no voy a poder salir, pero al menos debo intentar mantenerme con vida el mayor tiempo posible por mi bebe, no voy a perder la esperanza, estoy segura de que sin importar que Dominic sienta que lo he traicionado él no va a dejar que yo muera de esta manera, necesito confiar en que no va a dejarme morir.De nuevo tiro de uno de mis brazos con fuerza para sacarlo de la soga que lo mantiene atado al brazo de la silla, siento como el material me raspa la piel y la desgarra a medida que tiro con todas mis fuerzas, el dolor es intenso, pero cierro los ojos y decido soportarlo si con eso, logro liberarme, finalmente consigo empezar a sacar el brazo pese a que me lo he lastimado y empieza a sangrar.Me de
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Capitulo Cuarenta y Siete
La providencia nos regala una segunda oportunidad, yo solo quiero ver el azul de tus ojos brillar llenos de vida. Dame el permiso de permanecer a tu lado y perdona la idiotez de mi alma.DominicSiento que mi mundo está a punto de explotar mientras observo como mi mujer se queda sin posibilidades, ahora lamento haberme negado a negociar, no debí haber seguido los consejos de esos tipos que ni siquiera conozco, es obvio que a ellos no les importa la vida de Atenea, si no, no estarían con tanta calma mientras consiguen una respuesta mágica en la computadora.—¡Voy a llamar a la policía! —exclamo de manera automática de pronto—, ya he perdido mucho tiempo, si ella muere será todo por mi maldita culpa, jamás debí haber confiado en ninguno —agrego al tiempo que tomo mi teléfono y me dispongo a marcar.—Señor, espere un minuto más, por favor —pide Finnegan, pero estoy harto de esperar.—¡Cierra la maldita culpa, nunca te habías equivocado hasta hoy, por tu culpa estoy a punto de perder a mi
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Capitulo Cuarenta y Ocho
Hasta los ángeles se cansan de amor y de perdonar a los demonios que destrozan sus alas sin piedad, porque tú, una mujer mortal, perdonarías a una bestia que desgarra a tus sentimientos.DominicUna vez hemos llegado a casa subo con Atenea a la habitación, ya recupero su color habitual y la temperatura de su cuerpo, le pedí a la señora López y a Alicia que la vistieran, pude haberlo hecho yo, pero no puedo olvidar que esto pasó porque ella salió enojada conmigo de mi oficina y con toda la razón. Fui un estúpido e irracional, hable sin pensar en las consecuencias de mis palabras y con todo lo que sucedió estoy seguro de que será muy difícil que Atenea me perdone.Los amigos de Finnegan también se han marchado y todos los empleados han recibido la orden de no decir ni una sola palabra de lo que ha sucedido, claro, eso es por recomendación de esos tipos y supongo que es lo que menos puedo hacer, además de permitir que saquen una gran suma de dinero de mi cuenta, aunque eso último es lo d
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Capitulo Cuarenta y Nueve
No me importa bajar hasta el infierno para conseguir tu perdón, soy capaz de viajar al infinito y traerte la eternidad con tal de vivir un segundo colgado de tu mirada.DominicLuego de ver que estaba bien he ido a registrarla y llamar al ama de llaves para pedirle que envíe algo de ropa con la mucama de Atenea, por lo que ahora me encuentro de nuevo con ella vigilando su sueño, se ve tranquila, su respiración es acompasada y rítmica. Todavía no entiendo cómo es que dude de ella, cuando me ha demostrado que sus sentimientos hacia mí son reales y puros.Solo yo he conocido la intensidad de su amor, solo yo he recorrido cada centímetro de su piel con mis besos y aun así, dude de su fidelidad, dude de ella, renegué de mi hijo, nuestro hijo. Me acerco a su cama en silencio y tomo su mano, luego de sentarme en la silla que está al lado, dejo salir un sonoro suspiro, de esos que salen desde lo más profundo del alma y demuestran cuan herido, cansado, agobiado o arrepentido se está.—Sé que n
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