Enamorarnos está prohibido, no importa cuánto deseo exista entre los dos, amarnos nunca será una opción, solo nos une la decisión de alguien más.AteneaUn par de toques en la puerta hacen que retorne del mundo de las fantasías y me concentre en la realidad nuevamente. Debo empezar a madurar, soy una mujer de diecinueve años casada con un hombre un tanto mayor que yo, aunque la diferencia no es tanta, solo seis años, sin embargo, es necesario que empiece a ver el mundo como lo que es: una realidad llena de dificultades que aunque mi vida está excesivamente allanada por la fortuna que poseo no deja de tener sus obstáculos.—Pasa Alicia —digo y enseguida la mencionada entra cargando una bandeja con la bebida que le pedí hace rato.La deja sobre la mesita a un lado de la cama y se me queda mirando. Alicia, más que una mucama o asistente, es como mi amiga, no es que no tenga otros amigos, sino que ella me conoce mucho mejor.—Alicia, sé que temes que me equivoque, pero de eso se trata la
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