72. Ex esposa, voy a conquistarte
Tomó por ambos lados el elástico de la ropa interior y la deslizó por las torneadas piernas, llenándole la piel de besos y caricias que le arrancaron suaves y débiles quejidos a la mujer.Con una mano, le masajeó el muslo, y con la otra, le apretó la nalga.— Mm — ella se quejó de gusto, y él sonrió.— Date la vuelta — ordenó con voz profunda, y ella no dudó en responder obediente —. Ahora… manos contra la pared e inclínate para mí.Kathia se sonrojó, y fue exactamente lo que hizo, porque después de varias semanas, estaba muy… muy necesitaba, y quería que él le hiciera de todo y más.— ¿Estoy bien así? — le preguntó por encima del hombro.— Estás perfecta — respondió él, al tiempo que masajeaba ambos redondos y rosados glúteos, para después deslizar un dedo por el canal y encontrarse cara a cara con el cálido y húmedo jugo que goteaba de entre los pliegues —. Joder, Kat, estás exquisita.Y un segundo más tarde, probó largamente la carne, de principio a fin, mientras ella se retorcía d
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