Todos los capítulos de Ex esposa voy a conquistarte: Capítulo 71 - Capítulo 73
73 chapters
71. Los dueños de todo lo que poseo
La celda en la que Francesca iba a vivir por un largo… largo tiempo, fue sustituida por unos gruesos barrotes y un espacio muy pequeño al que solo un guardia insobornable tendría acceso para proporcionarle únicamente sus alimentos. Fue lo que Sebastian Mancini le dijo a Cassio en aquella llamada una semana después.El CEO Garibaldi se mostró agradecido, y no dudó en invitarlo a cenar alguna vez a él y a su familia cualquiera de los veranos siguientes en Amalfi, donde ya residía con su familia. El Mancini por supuesto que aceptó y su mujer le pidió que enviara saludos a la suya.También, después de lo que había ocurrido en el hotel de los Arcuri, Cassio cubrió todos los daños materiales. Grecia, la mujer del importante hotelero, lamentaba que la ceremonia no se hubiese podido llevar a cabo, pero que las puertas seguían abiertas para ellos, incluso cuando decidieran vacacionar, solo tenían que comunicarse directamente y ella misma iba a hacer todo lo posible para asegurarles la mejor su
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72. Ex esposa, voy a conquistarte
Tomó por ambos lados el elástico de la ropa interior y la deslizó por las torneadas piernas, llenándole la piel de besos y caricias que le arrancaron suaves y débiles quejidos a la mujer.Con una mano, le masajeó el muslo, y con la otra, le apretó la nalga.— Mm — ella se quejó de gusto, y él sonrió.— Date la vuelta — ordenó con voz profunda, y ella no dudó en responder obediente —. Ahora… manos contra la pared e inclínate para mí.Kathia se sonrojó, y fue exactamente lo que hizo, porque después de varias semanas, estaba muy… muy necesitaba, y quería que él le hiciera de todo y más.— ¿Estoy bien así? — le preguntó por encima del hombro.— Estás perfecta — respondió él, al tiempo que masajeaba ambos redondos y rosados glúteos, para después deslizar un dedo por el canal y encontrarse cara a cara con el cálido y húmedo jugo que goteaba de entre los pliegues —. Joder, Kat, estás exquisita.Y un segundo más tarde, probó largamente la carne, de principio a fin, mientras ella se retorcía d
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Epílogo
El yate estaba decorado perfectamente, como si hubiese tomado un buen par de días hacerlo. En realidad, había sido así. Cassio no había dejado de pensar en que quería volver a contraer matrimonio con Kathia, así que a escondidas, diariamente, se encargó de organizarlo todo para que al fin fuesen del otro legalmente.Kathia se llevó las manos a la boca para contener la impresión. Todo estaba de ensueño. Flores blancas, un camino de velas hasta el final de la pasarela que caminarían juntos y un arco de ramas secas y luces tenues que enmarcaban el mar perfectamente.— Cassio… — sollozó conmovida — ¿Cuándo hiciste todo esto?Él le besó la coronilla de la cabeza mientras la rodeaba por detrás.— Dediqué un par de horas cada tarde de la última semana — respondió, satisfecho con el resultado, y la giró entre sus brazos para hablarle mirándole directo a los ojos —. La verdad es que no quiero pasar un día más sin ser tu esposo, Kat.— Oh, Cassio — miró a su alrededor, todavía sin poder creerlo
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