59. Un mal presentimiento
La noche, juntos, con Cassio durmiendo por primera vez en casa de Kathia, fue un arrebato de besos quedos, caricias sutiles y palabras tiernas; risas, momentos de recuerdos vividos y cargados de mucha nostalgia.Volver al pasado, a como se conocieron, a esas veces que iban por la vida, desenfrenados, se sintió como un cariñito al alma.Cassio también le habló del futuro, de los planes que tenía con ella como familia, de todo lo que quería hacer para cuando aquella tormenta de arena terminara de pasar, aunque decidió omitir alguna que otra cosa porque se trataría de una sorpresa. Mientras tanto, ella lo escuchaba atenta, con ilusión, completamente embelesada, y por su parte, expresó que le parecían ideas maravillosas, que contara con ella.Más tarde esa noche se quedaron dormidos.Cassio despertó antes de que amaneciera, y sonrió al verla recostada sobre sus pechos, con el cabello cayéndole como una cascada amielada sobre la espalda y la respiración serena.No quiso despertarla, no cua
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