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EPÍLOGO
Dubai, es un lugar estupendo. Nunca me imaginé estar en un sitio así. Ya no hay problemas. Ya no siento que haya ningún inconveniente entre nosotros, ahora la vida solo nos sonríe; tengo una hermosa familia y estoy casada con el hombre que amo, independientemente de los problemas que hubieron en el pasado, ya todo eso ha quedado en el olvido y solo importa este presente que es solo felicidad y aunque sé que probablemente puedan venir más embrollos, no hay nada que el amor no pueda lograr. Nosotros somos el ejemplo claro de ello. Hemos podido seguir adelante a pesar de todo lo que se nos ha presentado en el camino.Amina, después de superar todos sus miedos se decidió a intentar de nuevo, y como resultado hay que se esperaba la espera de su bebé junto a Alaric, quién se había vuelto más sobreprotector y cuidadoso con ella. Siempre al tanto de lo que necesitaba y consintiendo a la joven en cualquier momento. Victoria se alegraba demasiado de que ambos tuvieran otra vez la oportunidad de
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Clara, una joven universitaria en apuros económicos, acepta un trabajo como niñera para Andrés, un millonario empresario. A medida que se encariña con él y su hija Sofía, su mundo se desmorona al enterarse de que Andrés está a punto de casarse nuevamente. Desilusionada, busca consuelo en su mejor amiga, pero un inesperado encuentro entre Clara y Andrés lleva a una noche de pasión que complica sus sentimientos. Al descubrir que está embarazada, Clara revela la verdad a Andrés, quien se sorprende al enterarse de que su compromiso anterior ha terminado por falta de interés en ser madre. A medida que su amor florece, Andrés le propone mudarse juntos, formando una nueva familia. Clara enfrenta un futuro inesperado lleno de amor y esperanza, donde el verdadero compromiso puede surgir de las circunstancias más complicadas. Era una mañana fría de otoño cuando Clara despertó con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas de su pequeño apartamento. Las hojas amarillas y rojas caían l
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La brisa suave de la mañana entraba por la ventana del pequeño apartamento de Clara mientras ella se preparaba para otro día de trabajo. Se miró en el espejo, ajustando su cabello y asegurándose de que su atuendo fuera apropiado para cuidar de Sofía. Sin embargo, su mente estaba lejos de la rutina diaria; estaba ocupada con pensamientos sobre Andrés. Cada vez que lo veía, su corazón latía con más fuerza, y su mente se llenaba de dudas sobre sus sentimientos.Al llegar a la casa de Andrés, Clara fue recibida con el sonido de las risas de Sofía, que jugaba en el jardín. La pequeña estaba emocionada, corriendo detrás de una mariposa que había aterrizado cerca de un rosal. Clara no pudo evitar sonreír al ver la alegría en el rostro de la niña. “¡Mira, Clara! ¡Es hermosa!” exclamó Sofía, señalando a la mariposa amarilla que revoloteaba cerca.“Sí, es muy bonita, Sofía. ¿Te gustaría que la atrapáramos?” respondió Clara, mientras se arrodillaba al lado de la niña.“No, no quiero hacerle dañ
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El sol brillaba intensamente sobre la ciudad cuando Clara despertó aquella mañana. Se sentía inquieta, como si algo en el aire presagiara cambios inminentes. Había pasado la noche dando vueltas en su cama, los pensamientos sobre Andrés y la conexión que estaban desarrollando girando en su mente. A pesar de su determinación de enfrentar sus sentimientos, una sombra de incertidumbre la seguía.La semana había sido un torbellino de emociones. Cada día que pasaba junto a Andrés y Sofía, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Sin embargo, esa misma conexión era lo que la llenaba de ansiedad. Clara sabía que había un límite que no debía cruzar, y ese límite era la realidad de la situación: él era su jefe, un hombre comprometido, y ella era solo la niñera.Esa tarde, mientras cuidaba a Sofía en el parque, Clara sintió cómo su corazón se hundía. Sofía, feliz y despreocupada, jugaba en la arena, construyendo castillos con entusiasmo. Clara la observaba, sonriendo, cuando de repente, vio
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Los días que siguieron a la conversación con Andrés fueron un torbellino de emociones para Clara. A pesar de haber sido honesta sobre sus sentimientos, la respuesta de Andrés no había sido la que ella esperaba. Su corazón, aunque aliviado de haber compartido su verdad, se sentía más pesado que nunca. La idea de que él estaba comprometido con Valentina se cernía sobre ella como una sombra, oscureciendo los momentos que antes eran llenos de luz y alegría.Clara trató de concentrarse en su trabajo y en cuidar a Sofía, pero cada sonrisa de la pequeña era un recordatorio de lo que no podía tener. Cada vez que veía a Andrés, su corazón latía con fuerza, pero también experimentaba una punzada de dolor al recordar que él no le pertenecía. A menudo, se encontraba mirando a Andrés mientras él interactuaba con Sofía, su risa resonando en la casa, su cariño palpable. Todo lo que Clara deseaba era ser parte de ese mundo, pero la realidad la mantenía atrapada en un ciclo de anhelos y resignación.U
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Clara había tomado la decisión de renunciar a su trabajo como niñera. Era un paso difícil, pero sabía que era necesario para su bienestar emocional. A medida que se acercaba el día de su renuncia, su corazón se sentía pesado, pero también liberado. Había pasado semanas reflexionando sobre lo que realmente quería y lo que necesitaba para seguir adelante.En su último día, Clara se encontró con Sofía en el jardín. La pequeña estaba ocupada jugando con sus muñecas, ajena a la tristeza que Clara sentía por dejar atrás esa etapa de su vida.“Clara, ¿no te vas a ir nunca?” preguntó Sofía, con su inocente curiosidad.“Siempre estaré contigo en el corazón, Sofía. No puedo estar aquí físicamente, pero siempre recordaré todos nuestros momentos juntas,” respondió Clara, sintiendo que las lágrimas amenazaban con asomarse.Andrés apareció en el umbral de la puerta, y cuando sus miradas se encontraron, Clara sintió una mezcla de tristeza y gratitud. “¿Necesitas algo, Clara?” preguntó, notando la ex
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