Desperté con una fuerte migraña, el olor a gasolina y orina era nauseabundo, abrí los ojos como pude, todo estaba demasiado oscuro, observe todo a mi alrededor y conforme mi vista se iba adaptando a la oscuridad la realidad me dio un golpe, oh no, Denzel, Joel, ¿Donde estaban? y ¿Por qué ese hombre me había dicho que Denzel era un mafioso? Lo llamo amigo, y Denzel lo amenazó, jamás había escuchado que le hablara a alguien de esa manera. La puerta se abrió y entró una luz cegadora, era el mismo hombre, pero esta vez venía solo, se había cambiado y afeitado, era bastante alto y no parecía tener más de 40 años. – Muy bien, lindura, al parecer estas llena de sorpresas, después de que te desmayaras tuvimos un pequeño percance con tu amado esposo, me dio una pequeña paliza y bueno, yo necesitaba algo de acción por eso mis hombres no intervinieron, él no salió del todo limpio dejame decirte.- Sonreía y pude notar que tenía el labio inferior roto, y un ojo magullado. – ¿Dónde están Denzel
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