Él se queda atónito en su lugar, mientras Ceren solamente es espectadora en este duelo sin sentido, pero esto es mi mecanismo de defensa, no quiero y menos, pretendo estar controlada por alguien que no siente lo mismo que yo.Carraspea y se ve que esta estresado, la paciencia que me tiene ya es poca, pero el arranque de rabia hace a que sus ojos segreguen lágrimas que están a punto de rodar por sus mejillas.—No te estoy controlando por posesividad, Emma. Debes entender que tienes que asistir a tus citas conforme al pie de la letra, no es po mí, es estrictamente por tu bienestar. Solamente tú decides que hacer con tu vida entonces. Perdón por interrumpirlas, un gusto, Cerén.Se da la vuelta, enfilando sus pies hacia la puerta de la calle, dejándome de nuevo a solas con Ceren, la cual me ve perpleja.—¿Qué pasa? —pregunto, haciendo que la mandíbula se le recoja y vuelva al mismo lugar.—No es que quiera meterme, pero ese hombre se fue muy herido de aquí, solamente quiere que tu estes bi
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