—No Emma, lo digo en serio. Fue involuntario y de verdad me siento avergonzado.

—Oye… ¿A dónde fuiste hoy?— pregunto cambiando de tema, no me apetece entrar en detalles de lo que paso anoche.

—Solo fui a la compañía de la familia para venderles mis acciones. Pero mi abuelo se niega a comprarlas— Responde sentándose al borde de la cama.

—¿Por qué?— Pregunto confundida e intrigada a la vez.

Se me hace extraño que el gran Gerard Colman no adquiera las acciones de su nieto mayor, quien le ha traído “orgullos” a su vida antes de casarse con una mujer como yo.

—No lo sé… pero se niega a hacerlo. Además de que me exigió que me divorcie de ti— Dice a media voz sosteniendo su cabeza con ambas manos, se ve agobiado y muy estresado.

Si no lo conociera quizá lo compadecería, pero estoy segura de que, si se tratara del contrato por negocios, el resolvería cualquier inconveniente… pero eso no es lo que le molesta, hay algo más que no me está diciendo.

—David… ven, acuéstate conmigo— Le pido con la e