ReginaSalgo del auto aún enfadada, odio incluso que Irina insista en ayudarme a llegar hasta la maldita cabaña donde me he resistido a toda voluntad a venir. No entiendo por qué quieren que esté aquí, si de igual manera voy a sentirme mal, voy a preocuparme aún más estando en medio de la nada.—De verdad, no te portes de esta manera — me pide — el médico dijo que debes estar calmada y lejos de líos—mira hacia el niño que camina unos pasos delante — , además debemos cuidar a Kev y la casa ahora estará repleta de gente extraña.—Me trajiste aquí para esconderme — me detengo justo frente a la escalera del porche — : ¿Qué está pasando realmente?Irina no responde, me insta a caminar una vez más y caminamos porque no me queda más remedio. El olor familiar me rodea apenas entro a casa, la calefacción encendida me hace sentir un poco reconfortada. Irina me deja sobre el sofá.—Kev, por favor pórtate bien — le dice dándole un beso al niño con prisas — , regresaré en unas horas con las cosas,
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