—Entonces, ¿vamos a dormir? — Rodrigo preguntó de manera bastante despreocupada.Después de hacer la pregunta, comenzó a arrepentirse.—No estoy cansada— Noa finalmente habló débilmente. —Quiero quedarme tranquila por un rato.—Entonces, estaré contigo—Rodrigo bajó su mano, acariciando con ternura la cálida nuca de Noa, sus ojos llenos de ternura a punto de desbordarse. —Si no quieres dormir, no dormiré. Si piensas que te molesto, no diré ni una palabra, me quedaré aquí contigo. Y si en algún momento tienes sed o hambre, siempre debería haber alguien aquí para hacerte un té o traerte agua, ¿verdad?—¿Y si no quiero dormir en toda la noche?—Te acompañaré toda la noche.—En ese caso, no es necesario. Ve tú a dormir—Noa nunca levantó la cabeza, su voz suave motivándolo a hacerlo.Un sabor amargo se extendió en el fondo del corazón de Rodrigo, su respiración se volvió pesada. —Bien, si no quieres, entonces me iré.Dicho esto, el hombre se movió para levantarse.En ese momento, Noa de repe
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