Capítulo625
Alejandro, con una estatura de casi 1,89 metros, yacía tirado en la cocina, y moverlo de nuevo a la habitación sería tan complicado como mover una gran roca

Afortunadamente, la villa tenía un ascensor, y Clara arrastró el cuerpo de Alejandro como si fuera un cadáver, lo llevó de regreso a la habitación y lo depositó en la cama. En ese momento, su propio vestido estaba empapado de sudor, mezclándose con el sudor ardiente de Alejandro.

—¡Maldición! ¡Casi me matas!

Clara estaba exhausta, pero no podía permitirse quedarse un momento quieta. Corrió apresuradamente al baño, empapó una toalla en agua fría y la usó para bajar la fiebre de Alejandro. Después de terminar, la joven señorita se sentó en el borde de la cama, agotada y sin ganas de moverse.

—¡Es realmente insoportable! ¿Por qué te dejas llevar por una fiebre tan alta? ¿No sabes cuántos problemas me estás causando por esto?

Clara miró a Alejandro, que estaba febril y delirante, con una expresión irritada en el rostro, aunque en su i
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