Todos los capítulos de No sabía que tuvimos dos hijos. Saga familia Duque. : Capítulo 121 - Capítulo 130
193 chapters
Epílogo. I Parte.
Dos años después. Las estrellas brillaban en lo alto del firmamento, alumbrando el cielo parisino. Luciana, Miguel y sus dos hijos, estaban de visita en Francia, a Luciana la habían invitado, debido a toda la labor que realizaba en Sudamérica para alertar a las mujeres acerca de la trata de blancas. Luciana solía dar charlas, hablaba de su propia experiencia, hacía más de un año había dejado los medicamentos para la ansiedad, además que mantener su mente ocupada fue de mucha ayuda, estudiaba dos carreras en la universidad: Administración de Empresas y Jurisprudencia, el apoyo de Miguel para el cuidado de los niños había sido de gran ayuda para que ella pudiera conseguir sus sueños, y hacer realidad sus propósitos. —¡Wao! —exclamaron Dafne y Miguel observando el barco con techo de cristal en el cual iban a recorrer el gran río Sena y disfrutar del hermoso paisaje que la ciudad de París les ofrecía. —Con cuidado —advirtió Luciana y les colocó bien las bufandas y el gorro de lana, h
Leer más
Epílogo Parte 2
Después de unos días de conocer Francia, volvieron a Colombia, y un domingo en el cual toda la familia se reunía, dieron el anuncio del embarazo, ese día también invitaron a la mamá de Lu y su hermano. Los abuelos de los nuevos bebés fueron los primeros en felicitar a sus hijos, luego sus cuñados, sin embargo, todos esperaban la reacción de Marypaz, quién tenía en sus brazos a su mascota, uno de los perros, hijos del Beto. —Betito Jr. la familia aumenta, y yo no he conseguido más tierras, no sé qué vamos a hacer. —Apretó sus labios, se quedó pensativa—. Pienso que cambiaré al abuelo por unas cuantas hectáreas, la señorita solterona de la finca de al lado se muere por él —susurró bajito, entonces se puso de pie y fue directo hacia donde se encontraba Joaquin. —Abuelo, ya sé cómo voy a conseguir más tierras. —¿Cómo mi muñequita? —indagó y la miró con atención. —Te voy a cambiar por unas cuantas hectáreas, como en las épocas pasadas, haré un trueque. —¿Qué? —Joaquin se atragantó, a
Leer más
Amarte es mi condena. Capítulo 1: Recuerdos y culpas.
Advertencia: Este como todos mis libros es ficción, cualquier parecido con la realidad es coincidencia; sin embargo desconozco de temas legales y la constitución de otros países, así que inventaré mis propias leyes y normas en este libro. Habrá escenas fuertes, no explícitas, pero sí son sensibles a este contenido es mejor pasar de largo. Este libro, también está registrado en Safe Creative y en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador, queda prohibido compartir su p*f sin mi autorización. Sinopsis: Salvador Arismendi tan frío como un témpano de hielo, tan oscuro como un profundo abismo, peligroso y sombrío para muchos, un salvador para otros. Su vida es tan oculta como los misterios que lo rodean, algunos lo consideran el mismísimo lucifer. Su vida está llena de altibajos, solo tiene un anhelo y es hacer justicia, pero en esa búsqueda se ha visto envuelto en escándalos y su reputación está a punto de venirse abajo cuando se ve involucrado en el secuestro de un importante
Leer más
Amarte es mi condena. Cap. 2: ¡Debo protegerla!
En la actualidad:Salvador Arismendi llegó a casa y pensó en una sola cosa: Proteger a Majo, así fuera en contra de su voluntad, entró a su residencia enfurecido. —¡Brenda! —gritó con tanta fuerza que su voz retumbó en las paredes e hizo eco. La mujer apareció agitada, llegó casi corriendo al gran salón. —¡Estás despedida!—¿Qué? —la mujer abrió sus labios sorprendida, sintió un escalofrío recorrer su piel—, es una broma, ¿cierto?—¡No! —gritó Arismendi—, no es ninguna broma, tú enviaste ese video, tú me metiste en este problema y la involucraste a ella. —¿Y lo único que te importa es ella? ¡Esa m@ldita mujer se va a convertir en tu condena! —vociferó Brenda—, pero no me iré así por qué si, no puedes despedirme, sé muchas cosas tuyas que si salen a la luz…Arismendi abría y cerraba sus puños, apretó la mandíbula. —A mi no me amenaces, así que dime ¿cuánto quieres?—No lo resolverás tan fácilmente Arismendi, te haré llegar mi oferta. Salvador negó con la cabeza, resopló, la miró
Leer más
Amarte es mi condena. Cap. 3: ¡Obscuridad!
María Joaquina lo tuvo en persona, ahí frente a ella, y el condenado abogado le pareció más atractivo que en la foto de la página web, tenía unos ojos azules brillantes, unos labios seductores, un tono bronceado en la piel, se veía impecable, y desprendía un aroma seductor. «Bien dicen que el diablo es seductor y este hombre lo es» pensó y luego se reprochó en la mente.¿Desde cuándo se fijaba en otros caballeros si solo tenía ojos para Sebastián?—Buenos días —saludaron los abogados. Los caballeros se pusieron de pie, respondieron el saludo y la defensa se colocó frente a los acusados. Majo tomó la palabra. —Señor Mark nuestra cliente lo acusa de tener con ella un comportamiento inadecuado. El hombre frunció la nariz y sonrió. —¿Inadecuado? ¿A qué se refiere? —indagó—, a dar una orden y que la acate. —Claro que no —contestó Majo con firmeza—, a las insinuaciones de querer tener relaciones sexuales con ella. Arismendi permanecía en silencio pero analizaba cada gesto de Majo, v
Leer más
Amarte es mi condena. Cap. 4: ¿Aceptas el trato?
Un fuerte golpe hizo que aquel hombre cayera al piso con la nariz ensangrentada.—Te advertí que no le hicieran ni un rasguño —vociferó Salvador, sus ojos irradiaban ira, respiraba agitado.—Ella no quiso colaborar —susurró el hombre.—Eso no te da derecho a tocarla, menos golpearla —gritó apretando sus puños—. Lárgate antes de que pierda la paciencia contigo —ordenó, dio vuelta y subió las escaleras de la mansión.Majo aún seguía inconsciente, su pómulo se veía inflamado, Salvador apretó sus puños, tensó la mandíbula. —Debí cortarle la mano al infeliz que se atrevió a tocarte —musitó y la contempló, suspiró profundo—, seguro despertarás asustada, pero prepararé el ambiente para que estés más relajada y sepas que no eres mi prisionera, y que solo deseo protegerte y descubrir la verdad. Entonces se encargó él mismo de acondicionar aquella alcoba, y minutos más tarde un aroma a vainilla inundaba esa habitación, una luz tenue alumbraba el ambiente, la cama era suave, delicada. Ese per
Leer más
Amarte es mi condena: Cap. 5: Despistando al enemigo.
Un gran revuelo se armó en la hacienda con la desaparición de Majo, y las huellas de aquellos neumáticos.—No comprendo en qué momento nuestros hijos se metieron en tanto peligro —comentó el señor Duque, caminando de un lado a otro.—No logro entender qué es lo que está ocurriendo, el secuestro de Sebastián me tiene muy intrigada, y angustiada —comunicó María Paz, dejó caer su cuerpo en uno de los sillones.A Joaquin se le partió el corazón al mirar el rostro de su esposa lleno de desconsuelo, además que él también sentía una opresión en el pecho.—Vamos a averiguar en dónde está, tranquila. —Se acercó a su esposa y la agarró de la mano.Juan Andrés ingresó corriendo como alma que lleva el diablo.—Dice Emiliano que no demos parte a las autoridades, él se va a encargar de todo con sus amigos.—¿Por qué? —indagó Joaquin arrugó el ceño.—Parece que el fiscal general sospecha también de mi hermana.—¿Qué? —María Paz se puso de pie, resopló.—Necesitamos la ayuda de Ely y de todo nuestro
Leer más
Amarte es mi condena: Cap. 6: El momento de la verdad.
Majo bajó con la ayuda de los hombres de confianza de Salvador, abrió sus labios, sorprendida al mirar el cariño de aquellos pequeños.Luego miró como salían varias mujeres vestidas con túnicas blancas con varios bordados.—El patrón está aquí —gritaron, y la gente de la comunidad fue apareciendo y lo iban saludando.—¿Cómo van las clases, ya saben leer y escribir? —indagó Salvador a esos niños.—Claro, y también aprendimos las cuatro operaciones matemáticas —respondieron algunos de los muchachitos, y luego enfocaron sus ojos en la bella chica que acompañaba a Arismendi. —¿Es tu novia?Salvador ladeó los labios.—Es una amiga que le gustaría conocerlos, vengan y se las presento.Los niños caminaron junto a Arismendi y se colocaron alrededor de María Joaquina.—Ella es Majo, y pasará unos días con nosotros, espero que la traten bien.—Mucho gusto señorita —gritaron a coro.Enseguida una de las mujeres se acercó a ellos.—Patrón, no nos avisó que venía, hubiéramos preparado una gran com
Leer más
Amarte es mi condena: Cap.7. ¡Te volveré a besar!
Majo se sobresaltó cuando en horas de la noche alguien tocó a la puerta de su alcoba. —¿Quién? —preguntó. —Salvador —respondió él con esa voz varonil que lo caracterizaba. —Pasa —respondió ella. —Debes prepararte para la fiesta, te traje un vestido para la ocasión. —Lo colocó sobre la cama. Majo contempló la prenda, era una túnica, confeccionada en tela de algodón, los bordados eran hechos a mano, también Salvador puso encima un collar elaborado con cuentas, aretes y pulseras. —¡Qué hermoso trabajo! —exclamó ella, acarició el vestido. —Las mujeres de la comunidad también trabajan, son artesanas, exportadoras de estos trajes y de estas joyas. Majo alzó su rostro, lo miró aún impresionada, él siempre había sido un enigma y quizás por eso tenía sus reservas, pero ahora que conocía parte de la vida de él, todo cambió. —Voy a ser sincera, estoy sorprendida, jamás imaginé que tú hicieras esto, siempre te ví distinto. —¿Cómo un delincuente? —Salvador se aproximó a ella, la tomó por
Leer más
Amarte es mi condena. Cap. 8: Sueños prohibidos.
Majo se puso de pie, estuvo a punto de lanzarle la bebida en el rostro, pero se contuvo, apretó los dientes. —¿Crees que no soy capaz de competir con mi hermana? ¿Acaso piensas que un hombre que conozca a Malú Duque no se puede fijar en mí? —indagó con los ojos cristalinos y la respiración agitada. —Habría que estar ciego, sordo, mudo para no fijarse en una mujer como tú, pero no te mereces un amor a medias, sino alguien que te ame solo a ti —declaró él. —Sebas me ama —gritó Majo. —¿Estás segura? —cuestionó él como si la estuviera enjuiciando. Majo lo miró con enojo, salió de la pérgola se unió al festejo, empezó a beber. Arismendi pidió a uno de sus hombres de confianza que le trajera ese radio con el cual se comunicaba con el mundo. —Dígame patrón. —Investiga la relación que tenían Malú Duque y Sebastian Saenz, quiero saber las veces que él la visitaba, y si el esposo de ella estaba enterado. —Perfecto señor, tendrá esa información. —Gracias. Arismendi desde lejos cont
Leer más