65. Como si la tierra se lo hubiera tragado
Regina enterró las uñas en la ropa de Henry, su interior quemaba, dolía, ardía, pero había un rastro de placer; ella no tenía experiencia, por lo que asimilaba que esa era la entrega entre un hombre y una mujer, así que, no opuso resistencia y se abrió para darle un mejor acceso. La joven tenía el cuerpo empapado por el sudor, sus ropas se sentían húmedas, su coño dolía con cada embestida, pero no se quejó. Henry era rudo, tosco y sin ningún indicio de hacerla sentir placer, era totalmente egoísta, procurando su placer. Lo siguiente que se escuchó en la habitación, fueron gemidos de dolor, cuando Henry se olvidó por completo de Regina y se concentró en embestir y alcanzar su liberación, nada más le importaba. Estaba furioso, frustrado y lleno de odio, lo cual era una invitación al desastre y Regina fue la vasija que recibió todo aquello.Un sonoro y ronco gemido salió de los labios de Henry cuando su cuerpo se sacudió sobre Regina, apretó los dientes, mientras derramaba toda su esenc
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