MELISA Me desperté en la madrugada, sola en la cama, me levanté para ir a la cocina a por un vaso de agua, vi una luz tenue en el salón, abrí la puerta para ver si había alguien viendo a Mario con una botella de whisky y un vaso en ambas manos. Me acerqué a él mirándonos los dos a los ojos. — ¿Qué estás haciendo? — le pregunté — Ya lo ves, emborrachandome en casa, por no buscar a una puta de la calle y follarmela — contestó — Si quieres por mi no te prives, si tan infeliz te hago en la cama – le dije viendo de qué forma habría Mario los ojos, asustandome — ¿Erika? tu siempre me has echo feliz en nuestra cama,y en todo lo hemos echo juntos — me dijo — Mario estoy embarazada y no puedo hacer muchas cosas, pero si puedo hacer que me ames aún más – le dije Dejó el vaso y la copa en la mesita acercándose a donde yo estaba,puso su mano en mi nuca acercando despacio sus labios a los míos, besándonos los dos con deseo. – Has vuelto, ¿eres tú mi mujer? – me dijo llorando mientras me abr
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