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Todos los capítulos de Conquistada por mi jefe: Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 11. Un beso y un adiós
Bruno ya había acostado a su hija en la cama y leído un cuento hasta que se quedó dormida cuando recibió la llamada de Dean. Eran casi las diez de la noche para entonces. Debía haber pasado algo importante para que lo estuviera llamando a esa hora. Esperaba que no fuera nada grave. —Zack secuestró a James —le informó Dean cuando Bruno contestó, no quiso perder tiempo con formalismos. ¡M@ldito pedazo de basura!—Voy para allá, dile a Valentina que lo encontraremos. Bruno corrió a su auto y condujo a casa de Valentina sin demora, quería estar a su lado, sabía lo mal que la debía estar pasando y lo desesperada que se sentiría. Si algo así le pasara con su hija, se volvería loco de angustia y desesperación. Zack llamó de nuevo a Valentina y le dijo que no podía calmar a James, que todo lo que hacía era llorar y estaba enloqueciéndolo. Su corazón se quebró al escucharlo, su pequeño estaba sufriendo, cuanto deseaba estar con él y consolarlo. —Dime dónde estás, por favor, te juro que n
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Capítulo 12. Del deseo al amor solo hay un paso.
Aquel beso dejó a Valentina con ganas de más, no se consideraba una mujer fácil, pero con Bruno estaba más que dispuesta a dejarse dominar por sus más bajas pasiones. Le gustaba mucho y la idea de estar con él la encendía con tan solo pensarlo. Imagínense lo que sucedía cuando la tocaba. La mañana siguiente, muy temprano, Bruno le envió un mensaje de buenos días que a Valentina le provocó mariposas en el estómago. Estaba cayendo rápido y en picada por él, esperaba no terminar estrellada. Le respondió con una sonrisa de oreja a oreja y se quedó mirando la pantalla como tonta esperando el siguiente mensaje, pero no le escribió más hasta casi mediodía para disculparse por no haber llegado y para decirle que, en cuanto terminara de resolver el problema que se había presentado, iría. Pero qué podía disculparle ella, con todo lo que había hecho por su familia, estaba más que en deuda con él. “No te preocupes, lo entiendo. Ven cuando puedas”, le respondió sin caer en la tentación de preg
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Capítulo 13. Desaparecida.
Bruno no había sentido tanto miedo desde aquella fatídica tarde en la que halló a su esposa en el baño sobre un charco de sangre. Su hija, su pequeña, se había escapado de casa y podía estar en peligro. ¿A dónde pudo ir? ¿por qué se fue? Las manos le temblaban mientras conducía al límite de velocidad, lo menos que necesitaba era que lo detuviera la policía. En cuanto llegó a casa, revisó cada rincón, buscándola, esperando que estuviera escondida, pero no la encontró, no estaba.—Señor, la cámara de seguridad captó el momento que su hija salió por el portón principal, ingresó el código de seguridad y huyó —le informó Max, su jefe de seguridad. —¿Cómo pudo saberlo? —preguntó con el ceño fruncido. Max sacudió la cabeza sin poder darle una respuesta—. Saldré a buscarla, puede estar cerca. Corrió afuera, se subió a su auto y salió de casa para recorrer las calles de la zona. Pasó media hora dando vueltas por la manzana, pero no había rastro de Brooke. ¿Y si alguien se la había llevad
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Capítulo 14. Esa no es una respuesta
Bruno pasó a buscar a Valentina al día siguiente como habían acordado. Se bajó del auto y la saludó con un beso en la mejilla. Estaba hermosa, apenas pudo resistir las ganas de besarla como quería, no lo hizo porque estaba sosteniendo al bebé. Su atracción por ella cada vez era más intensa, y Valentina se sentía igual por él. Su corazón comenzó a dar tumbos desde que lo vio bajándose del auto, era tan guapo, tan seguro, tan apasionado… Bruno se ocupó de instalar el portabebés en el asiento y Valentina de asegurar a James. Actuaban como una pareja, pero no lo eran, solo habían compartido algunos besos que podían no significar nada. Pensó Valentina mientras se subían al auto. —Había olvidado decirte que Víctor ya no será un problema, llegamos a un acuerdo y no volverá a acercarse a ti. —¿Qué tipo de acuerdo? —Estaba demandando a la empresa por despido injustificado y los abogados me recomendaron pagarle una compensación a cambio de que retirara la demanda, acepté con la condició
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Capítulo 15. Me declaro inocente
Valentina estaba muy emocionada por comenzar a diseñar para Textiles Lombardi bajo la dirección de Ana Winter, admiraba su trabajo y le encantaba su estilo, pero Ana no se sentía igual por ella, la veía como una inclusión forzada, no la quería en su equipo y demostraría que no estaba hecha para ese puesto. La mandó a llamar a su oficina y, como primera tarea, le pidió que diseñara para esa misma tarde tres conjuntos de lencería para novias que tuvieran los siguientes elementos: elegancia, sensualidad y romance. La lencería no era el fuerte de Valentina, pero asumió el reto sin poner peros y se fue de inmediato a su cubículo a trabajar. La primera hora, apenas consiguió trazar algunas líneas, no estaba segura de qué hacer. Pero no podía perder más tiempo, decidió buscar algo de inspiración en Internet, estuvo mirando diseño tras diseño hasta que por fin tuvo una idea. En solo treinta minutos, había creado su primer boceto de lencería para novias, eligió un clásico color blanco que co
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Capítulo  16. Ancla al pasado
Bruno puso en marcha el auto y le dijo a Valentina que debía pasar por Brooke antes de llevarla a casa, la niña se había metido en problemas en la escuela de ballet. —¿Fue grave? —preguntó preocupada. —No me dieron detalles, solo que inició una pelea y que debía ir por ella —respondió sacudiendo la cabeza.—¿Lo ha hecho antes? —No, Brooke es una niña muy dulce. No es algo que ella haría. —Ayer se fugó y hoy inició una pelea, tiene que haber una razón que lo justifique —intuyó Valentina luego de pensarlo un momento. —Sí, el motivo es su tía. Le ha afectado mucho que no esté en casa, son muy unidas, Kim ha vivido con nosotros desde que mi esposa falleció. Valentina notó que seguía siendo difícil para Bruno hablar de su esposa, solo habían pasado tres años desde que murió, no era algo que se superaba de la noche a la mañana. —Lo siento, no te había preguntado por ella. ¿Cómo está? —Espero que mejorando, su madre me ha puesto al margen de su estado de salud, me ha prohibido que l
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Capítulo 17. Demasiado perfecto para ser real
Valentina tenía razón, seguía anclado al pasado, pero estaba intentando dejarlo atrás y reconstruir su vida. Había pasado los últimos tres años encerrado en una burbuja de dolor y culpa, sin dejar entrar a nadie, y ella era la única que había logrado penetrarla. —Es verdad, el pasado aún me atormenta, pero estoy listo para seguir adelante y quiero hacerlo contigo —declaró con absoluta certeza. Valentina se había convertido en un ancla al presente y estaba dispuesto a todo para conservarla a su lado. —Quiero creerte, pero estoy convencida de que tu interés en mí no es más que tu deseo de recuperar lo que perdiste —se sinceró, aunque fue muy difícil decirlo. Todo parecía demasiado perfecto para ser real. —No, no es así. Me gustas por ser tú, no porque intente remplazar a Karina o a Brian —aseguró pasándose la mano por el cabello, no podía creer que pensara eso. —¿Estás seguro? Porque para mí tiene mucho sentido. Me conociste justo cuando James iba a nacer y has hecho todas esa
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Capítulo 18.  ¿Qué haces aquí?
Valentina cerró y abrió los ojos para comprobar si era real lo que veía, comenzaba a creer que no lo vería de nuevo, pero ahí estaba, en carne y hueso; no estas soñando o viendo espejismos, era él. —¿Qué haces aquí? —le preguntó saliéndose de la piscina y pasando por su lado para ir por una toalla. Estaba usando una máscara, porque lo que realmente quería era lanzarse a sus brazos y comérselo a besos. Lo había extrañado horrores, como si hubiera pasado mucho tiempo sin verlo y no solo días. —Dijiste que no te buscará hasta que estuviera claro de mis sentimientos. Y ya lo estoy —respondió él mirándola con deseo contenido mientras se secaba el agua de su sensual cuerpo. Era la primera vez que la veía con tan poca ropa y no podía quitarle los ojos de encima. No parecía que tuviera un bebé de casi tres meses.Valentina se paralizó ante sus palabras y hasta dejó de respirar por un instante. Fue imposible seguir fingiendo, en el fondo de su corazón, una pequeña llama de esperanza seguía e
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Capítulo 19. ¿Quién es ella?
Kim no podía creer lo que veía: Bruno, su Bruno, estaba junto a una mujer que nunca había visto, y no solo eso, la besó delante de sus padres. ¿Quién era ella y qué hacía con él? Furiosa, se acercó a Bruno y lo encaró. —¿Me puedes explicar quién es ella? —le preguntó mirando a Valentina de arriba abajo con absoluto desprecio. ¿De donde había salido esa mujer? ¿cuándo lo conoció? —Kim, no sabía que vendrías —pronunció sorprendido—. ¿Cuándo saliste del hospital?—Respóndeme lo que te he preguntado. ¿Quién es ella y por qué la tienes pegada a ti como chicle? —insistió alzando la voz. —Kim, no grites. Ven, hablemos en la casa de huéspedes —propuso Bruno separándose de Valentina y sujetando a Kim del brazo, no quería que armara un escándalo en plena fiesta. Al menos en el patio solo estaban ellos. Pero Kim no quería ir a ningún lado, solo quería que le respondiera su pregunta. —Te estás acostando con ella ¿verdad? ¿Desde cuándo? ¿dónde la conociste? ¿fue por ella que me rechazaste?
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Capítulo 20. Esa sonrisa
Valentina intentó agarrarse del pasamanos, pero él empujón que le dio Kim fue tan fuerte que fue incapaz de evitar la caída. Rodó escaleras abajo hasta el final, quedando inconsciente al instante. Nadie fue testigo de lo que hizo Kim, tampoco escucharon los gritos de Valentina mientras caía porque la música estaba alta, y pasaron casi cinco minutos antes de que un mesonero la encontrara tirada en el suelo, inconsciente y sangrando. Era solo un muchacho y se impresionó tanto que se quedó congelado mirándola sin hacer nada. —¡Valentina! —gritó Bruno cuando la vio, había estado buscándola, y también a Brooke. ¿Estaba muerta? Nervioso, llevó sus dedos a su muñeca para buscarle el pulso y liberó un profundo suspiro cuando descubrió que seguía con vida, aunque no estaba seguro de por cuánto tiempo porque se veía muy mal. Aquella escena le recordó lo que pasó con su esposa y rogó que ella no sufriera el mismo destino, porque no iba a poder soportarlo. Temblando, llamó a urgencias y se que
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